EL CIRCULO AMOR
Un campesino llamó con fuerza a la puerta de un convento
Cuando el hermano portero abrió, él le tendió un magnífico racimo de uvas.
"Querido hermano portero, ésta son las más bellas uvas producidas por mi viñedo. Y vengo aquí a ofrecerlas".
"!Gracias! Voy inmediatamente a llevárselas al Abad, que se pondrá contento con esta ofrenda"
"!No! Las he traído para ti".
"?para mi? Yo no merezco tan bello regalo de la naturaleza" .
"siempre que he llamado a la puerta, has abierto tú. Cuando necesité ayuda porque la cosecha había sido destruida por la sequía, tú me dabas un trozo de pan y un vaso de vino todos los días.
Yo quiero que este racimo de uvas te traiga un poco del amor del sol, de la belleza de la lluvia, y del milagro de Dios.
El hermano portero puso el recimo enfrente de él, y se pasó la mañana entera admirándolo: era realmente hermoso. Por ello, decidió entregarle el regalo al Abad, que siempre lo había estimulado con palabras de sabiduría.
El Abad se puso muy contento con las uvas, pero recordó que había en el convento un hermano que estaba enfermo, y pensó: voy a darle el racimo. Quién sabe, puede traerle alguna alegría a su vida.
Pero las uvas no permanecieron mucho tiempo en el cuarto del hermano enfermo, porque éste reflexionó: el hermano cocinero ha cuidado de mí, me ha alimentado con lo mejor que hay. Estoy seguro de que esto lo hará muy feliz".
Cuando el hermano cocinero apareció a la hora de comer, trayéndole su comida, él le dio las uvas.
" Son para ti. Como siempre estás en contacto con los productos que la naturaleza nos ofrece, sabrás qué hacer con esta obra de Dios".
El hermano cocinero se quedo deslumbrado con la belleza del racimo, e hizo que su ayudante se fijase en la perfección de las uvas.
Tan perfectas que nadie las iba a apreciar mejor que el hermano sacristán, responsable de la custodia del Santísimo Sacramento, y que muchos en el monasterio veían como un hombre santo.
El hermano sacristán, a su vez, le regalo las uvas al novicio más joven, de modo que éste pudiese entender que la obra de Dios está en los menores detalles de la creación. Cuando el novicio lo recibió, su corazón se llenó de la gloria del Señor, porque nunca había visto un racimo tan bonito.
Al mismo tiempo, se acordó de la primera vez que había llegado al monasterio, y de la persona que le había abierto la puerta; había sido ese gesto el que le había permitido estar hoy en aquella comunidad de personas que sabían valorar los milagros.
Así poco antes de caer la noche, le llevó el racimo de uvas al hermano portero.
" Come y que te aproveche. Porque pasas la mayor parte del tiempo aquí solo, y esas uvas te harán mucho bien".
El hermano portero entendió que aquel regalo estaba realmente destinado, a él, saboreó cada una de las uvas de aquel recimo, y durmió feliz.
De esta manera, el círculo se cerró; un círculo de felicidad y alegría, que siempre se extiende en torno al que está en contacto con la Energía del Amor.
Todos giramos en torno a la misma energía que sube y vuelve con toda su fuerza hacia nosotros, de la misma manera que el agua se evapora de los ríos, se transforma en nube y vuelve bajo la forma de lluvia.
Autor: Paulo Coelho.
Texto del libro "El Zahir"
Asi, en la vida de cada ser humano sucede lo mismo; tanto bueno como malo.. Si haces u obras bien o mal, te retornara con más fuerza, toda obra que hayas realizado para bien o para mal de tu propia vida..
se feliz y sonrie