El apóstol Pablo nos dice que Dios nos ha llamado a correr una carrera. Pedro se refiere a esta carrera también cuando nos dice que nos ciñamos los lomos de nuestro entendimiento (ver 1 Pedro 1:13). Él dice que debemos prepararnos para la competencia afirmando nuestra creencia y confianza en el Señor.
Todos tenemos un llamado celestial predeterminado por Dios. Quizás el Espíritu Santo te haya dado una visión de cuál es tu llamado. Pero probablemente haya una gran brecha entre tu gran llamado y verlo cumplido. En ocasiones, esa brecha puede hacer que te desesperes y esa es la razón por la que Pablo nos advierte sobre el entendimiento: para recordarnos una cierta verdad sobre Dios.
Dios anhela mostrarse fuerte ante aquellos cuyos corazones son completamente suyos. En este momento puede parecer que estás en necesidad. Sin embargo, Dios esencialmente dice que tú puedes hacer más que aquellas personas que aparentemente lo tienen todo: “Puedes pensar que no tienes lo que necesitas, pero no necesitas los recursos del mundo. Si confías que yo cumpliré mi propósito en tu vida, verás que sucede más rápido de lo que puedes imaginar. Yo lo haré con más poder, con más autoridad; y seré glorificado a través de tu vida”.
Dios quiere proveer para ti lo que tú no puedes proveer para ti mismo. De hecho, Jesús nos dice que el Padre anhela duplicar nuestra cosecha. En Juan 4:35, Jesús y sus discípulos caminaban cerca de algunos campos de grano. Señaló los campos y dijo a sus seguidores: “¿No decís vosotros: Aún faltan cuatro meses para que llegue la siega? He aquí os digo: Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya están blancos para la siega”
La lección de Jesús de los campos de cosecha declara a todos los que lo seguirían: “¡Ahora es el momento!” Él está diciendo: “No hay que esperar en mi reino, así que no dejes que ninguna excusa te desvíe. ¡Este es el momento de seguirme y correr tu carrera sin dudarlo!”
Gary Wilkerson