En la vista pública del año pasado en la Asamblea Nacional para debatir el tema de la despenalización del aborto, algunos de los que abogan a favor de esta medida afirmaron que su posición estaba siendo mal representada. En tal sentido aclararon que no están a favor del aborto simple y llanamente, sino sólo en ciertas circunstancias; por ejemplo, cuando la vida de la madre corre peligro. Respecto a esto debemos tomar en cuenta que los casos en que hay que elegir entre la vida de la madre y la del niño son extremadamente raros; aparte de que no es necesario despenalizar el aborto para tratar con tales excepciones, ya que actualmente no se penaliza al médico que, tratando de salvar la vida de una mujer embarazada, cause indirectamente la muerte de la criatura. En otras palabras, están tratando de resolver un problema que no existe en realidad.
Otra de las excepciones planteadas es cuando el embarazo es producto de un incesto o violación. Pero al tratar con tales casos, nuestros legisladores (así como la opinión pública) deben tomar en cuenta lo siguiente: Por un lado, es muy difícil que una mujer quede embarazada como producto de una violación; estudios realizados en Estados Unidos, donde las estadísticas son más confiables que en nuestro país, revelan que sólo un uno por ciento de todos los abortos realizados se deben a violación o incesto; aparte de que, en algunos casos, el embarazo puede prevenirse por medio de un tratamiento médico que retira el semen antes de que el óvulo pueda ser fertilizado. Por otra parte, al abortar en tales casos se está aplicando la pena capital a una criatura inocente (la persona humana en gestación), en vez de castigar al culpable (el violador). Además de que el aborto no le hace ningún bien a la mujer que ha sido violada, sino que le añade culpa y confusión. No obstante, la razón fundamental para la penalización sigue siendo el hecho de que los seres humanos concebidos como producto de una violación poseen la misma dignidad intrínseca, y los mismos derechos, que aquellos que son concebidos por un acto de amor. Toda vida humana debe ser protegida, independientemente de las circunstancias en que fue concebida. El incesto y la violación son crímenes horribles que deben ser castigados severamente; pero debemos castigar a los culpables, no a los seres humanos que no tienen culpa de haber sido concebidos en circunstancias tan terribles.
© Por Sugel Michelén.