Algunos creyentes, incluso ministros, creen que el Antiguo Testamento no es relevante para nuestros tiempos, por lo que ya no hay necesidad de estudiarlo. ¡Qué equivocados están! El Antiguo Testamento explica el Nuevo Testamento en términos claros y simples. Sus historias están llenas de tipos y sombras de verdades eternas, representadas en la vida práctica de personas reales.
Un ejemplo perfecto se puede encontrar en Israel, un tipo de cristiano, mientras que Egipto representa al mundo. El viaje de Israel a través del desierto representa nuestro caminar espiritual como cristianos. El árbol que sanó las aguas amargas en Mara es un tipo de la cruz de Cristo (ver Éxodo 15:23-25) y la roca que produjo agua en el desierto (ver Números 20:11) es un tipo de nuestro Salvador, que fue golpeado en la cruz.
De hecho, la Escritura deja en claro que todas las batallas físicas de Israel reflejan nuestras batallas espirituales de hoy: “Estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos” (1 Corintios 10:11). Incluso el tabernáculo y sus artefactos son ejemplos de cosas celestiales: “Los cuales sirven a lo que es figura y sombra de las cosas celestiales, como se le advirtió a Moisés cuando iba a erigir el tabernáculo, diciéndole: Mira, haz todas las cosas conforme al modelo que se te ha mostrado en el monte” (Hebreos 8:5).
Siempre que no entiendas una verdad en el Nuevo Testamento, puedes recurrir al Antiguo Testamento para encontrarla ilustrada de alguna manera. Por ejemplo, supongamos que tú querías aprender a derribar algún muro espiritual que el diablo haya levantado en tu vida; podrías recurrir a la historia de Josué para ver cómo fueron derribados los muros de Jericó (lee el relato en Josué 6). Del mismo modo, si deseas obtener más información sobre cómo prevalecer en la oración, lee la historia de Jacob luchando con el Señor en Génesis 32:24-29.
Todos estos ejemplos del Antiguo Testamento están destinados a evitar que caigamos en la incredulidad, como lo hizo Israel. El autor de Hebreos escribe: “Procuremos, pues, entrar en aquel reposo, para que ninguno caiga en semejante ejemplo de desobediencia” (4:11). En otras palabras: “Estudia el Antiguo Testamento y aprende del ejemplo de Israel. ¡No cometas los mismos errores que ellos!”
David Wilkerson