“¿Hay algún problema, mamá?”, preguntó Fernando cuando su madre le pidió ayuda con su teléfono.
“Acabo de descargar una nueva aplicación, peor no sé cómo hacer que deje de enviarme tantas notificaciones”, explicó mamá.
Fernando sonrió y presionó algunos botones en la pantalla. “¡Ya está!”
La madre sonrió a su hijo. “¡Gracias! Cuando se trata de tecnología, ustedes los jóvenes me sorprenden”.
Más tarde, ese mismo día, cuando Fernando regresó a casa después de visitar a un amigo, su madre notó que estaba inusualmente callado. “¿Te está molestando algo, hijo?”
“Bueno, eh…” Fernando vaciló. “Cuando estábamos en su casa, Cosme quería que Elías, Adrián y yo veamos una página web mala que él encontró. Adrián dijo que no, como que no era la gran cosa para él. Yo también dije que no, pero sí quería ver”. El niño aclaró su garganta. “No es que yo quisiera ver esas cosas, pero tenía miedo de que Cosme y Elías se burlaran de mí… y sí se burlaron. Se rieron y nos llamaron a Adrián y a mí ‘niños buenitos de iglesia’. ¡Adrián solo se encogió de hombros y no pareció importarle!” Fernando suspiró. “¿Por qué es tan fácil para Adrián decir que no, cuando a mí me cuesta tanto?”
La madre abrazó a su hijo. “Estoy muy orgullosa porque no miraste, a pesar de cómo te sentías. Con respecto a Adrián, alegrémonos porque no parecía molestarle la presión de grupo tanto como a ti. Probablemente él tenga otras tentaciones con las que le cuesta lidiar, tanto como tú encuentras esto difícil”.
“Entonces… ¿alguna otra cosa debe ser más difícil para él que para mí?”, preguntó Fernando.
“Exactamente. ¿Recuerdas cuando me ayudaste con mi teléfono? Tú sabías qué botones presionar para conseguir lo que yo quería. Bueno, Satanás sabe qué botones presionar para tentarte. Él conoce nuestras debilidades y tienta a las distintas personas de diferentes maneras”.
“Eso tiene sentido”, afirmó Fernando, pensativo.
“Dios también conoce nuestras debilidades”, aseguró mamá, “y Él puede ayudarte a ser fuerte cuando sientes que quieres ceder. Debido a que conoces a Jesús, el pecado y Satanás no tienen poder sobre ti. No tienes que caer, aun cuando algo sea tentador de una manera especial, porque Dios nos da la capacidad de resistir cualquier tentación”. — HOLLY F. CEPEDA
DEPENDE DE DIOS CUANDO AFRONTES LA TENTACIÓN
VERSÍCULO CLAVE: SANTIAGO 4:7
SOMÉTANSE A DIOS. RESISTAN, PUES, AL DIABLO Y HUIRÁ DE USTEDES.
¿Hay pecados que te tientan más que a otras personas? Eso es normal. Cada persona tiene diferentes debilidades y distintas fortalezas. Cuando sientas la tentación de hacer algo que está mal, recuerda que no tienes que ceder ante ningún pecado porque Jesús te ha hecho libre de su poder. Confía en que Él te ayudará a resistir cualquier tentación que afrontes.