“Muchos dicen de mí: ‘Para él no hay salvación en Dios’. Selah
Pero Tú, oh Señor, eres escudo en derredor mío, mi gloria, y el que levanta mi cabeza”, Salmo 3:2-3.
Cuando lees un salmo como este, ¿qué haces cuando ves la palabra selah? Algunos quizá la leemos y seguimos de largo sin prestarle atención, pero si esta palabra figura en la Biblia es para nuestra edificación (2 Ti. 3:16-17).
La palabra selah aparece 71 veces en los salmos y solo tres en el libro de Habacuc (3:3, 9, 13). En todos los salmos en los que figura, excepto siete, denota una indicación musical dirigida al director del coro (cf. Hab. 3:19).[1] En general, esta palabra indica una pausa, pero su significado preciso es incierto. Sin embargo, muchos están de acuerdo en que el término tiene connotación musical y litúrgica.[2]
En el sentido musical, esta palabra podría hacer referencia a un interludio, donde quizá solo se escuchan los instrumentos y la congregación guarda silencio, o las voces cantan a capela y los instrumentos toman un respiro.[3]
En el sentido litúrgico, selah indica una pausa para permitir que la congregación responda a lo dicho anteriormente. Esto le permite responder en alabanza antes de seguir con la liturgia. Es como decir un fuerte “¡amén!” a lo que ya se dijo en el salmo.[4]
Lo que selah nos recuerda
En ambos casos, la palabra selah indica una pausa o suspensión, necesaria para reflexionar en lo que antecede y estar preparado para prestar atención a lo que sigue. Es una pausa necesaria para nuestras vidas apuradas.
Selah nos recuerda que es importante reflexionar en lo que estamos leyendo, y eso es difícil de lograr en una lectura rápida. Esto aplica no solo cuando vemos la palabra en un salmo, sino también cada vez que sea necesario.
Necesitamos comprender lo que la Biblia dice y cómo nos lleva a un mejor entendimiento de Dios, para amarle mejor y alabarle por quién Él es y lo que ha hecho. Aún más importante, nosotros hoy podemos ver selah como una invitación a hacer una pausa del ruido de nuestra vida para considerar a Cristo, su cruz, y la redención que obtenemos a través de la fe en Él.
[1] Alfonso Ropero, “Selah”, Gran diccionario enciclopédico de la Biblia (Barcelona, España: Editorial Clíe, 2014) 3828.
[2] Luis Alonso Schökel, “Selah”, Diccionario bíblico hebreo-español (Madrid: Editorial Trotta, 1999) 531.
[3] Alfonso Ropero “Selah”, Gran diccionario enciclopédico, 3828.
[4] Ibid.