Página principal  |  Contacto  

Correo electrónico:

Contraseña:

Registrarse ahora!

¿Has olvidado tu contraseña?

Fraternalmente unidos
 
Novedades
  Únete ahora
  Panel de mensajes 
  Galería de imágenes 
 Archivos y documentos 
 Encuestas y Test 
  Lista de Participantes
 General 
 Normas de convivencia en el grupo-- 
 Lee la Biblia aquí! 
 Biblia en Power Point 
 Conoce tu Biblia 
 La Biblia en ocho versiones 
 Recursos Teológicos 
 Estudios biblicos 
 Reflexiones- Hernán 
 Selección de pasajes Bíblicos- por Hernán 
 Biografías de hombres de la Reforma protestante- Por Hernán 
 Arqueología Bíblica (por Ethel) 
 Reflexiones 
 Jaime Batista -Reflexiones 
 Tiempo devocional-Hector Spaccarotella 
 Mensajes de ánimo--Por Migdalia 
 Devocionales 
 Escritos de Patry 
 Escritos de Araceli 
 Mujer y familia- 
 Poemas y poesias 
 Música cristiana para disfrutar 
 Creaciones de Sra Sara 
 Fondos Araceli 
 Firmas hechas-Busca la tuya 
 Pide Firmas 
 Regala Gifs 
 Libros cristianos (por Ethel) 
 Panel de PPT 
 Amigos unidos-Macbelu 
 Entregas de Caroly 
 Regala Fondos 
 Texturas p/ Fondos 
 Separadores y barritas 
 Retira tu firma 
 Tutos 
 Tareas HTML 
 COMUNIDADES AMIGAS 
 
 
  Herramientas
 
General: CÓMO REVELA EL PERDÓN UN CORAZÓN TRANSFORMADO
Elegir otro panel de mensajes
Tema anterior  Tema siguiente
Respuesta  Mensaje 1 de 1 en el tema 
De: hectorspaccarotella  (Mensaje original) Enviado: 24/07/2020 13:13

La mayoría de las parábolas de Jesús se relacionan con él y su iglesia. En Mateo 18 describe a un rey que llama a sus siervos a rendir cuentas. Evidentemente, el rey estaba lidiando con sirvientes que habían sido expuestos por cometer crímenes y el sirviente en mayor deuda era uno de los primeros delincuentes en ser presentado ante él. De alguna manera, este hombre había logrado endeudarse enormemente, debiendo el equivalente a cientos de millones de dólares. Cuando fue llamado a rendir cuentas, él “no pudo pagar” (Mateo 18:25). Entonces el rey ordenó que lo vendieran, junto con su esposa e hijos y todo lo que poseía.

Este siervo inmediatamente clamó: “Señor, ten paciencia conmigo, y yo te lo pagaré todo” (18:26). El hombre no tenía nada de valor para cambiar por su acto criminal, por lo que cayó a merced de su rey. “Dame algo de tiempo. Puedo compensar mi pecado y satisfacer todas tus demandas”. Pero la verdad era imposible que este sirviente pudiera pagar por su crimen.

“El señor de aquel siervo, movido a misericordia, le soltó y le perdonó la deuda” (18:27). Y luego descubrimos que el sirviente no se arrepintió en absoluto, simplemente estaba tratando de jugar con los sentimientos del rey, buscando su piedad. El rey lo sabía, pero tuvo compasión debido a la terrible enfermedad que plagaba la mente y el corazón de este hombre.

El rey en la parábola de Jesús sabía cuán aplastantes eran las consecuencias de los pecados de su siervo. Y él pudo ver que si lo entregaba a esas consecuencias, el sirviente se perdería para siempre. Sin perdón, éste descendería en un espiral sin remedio y se endurecería de por vida. Entonces el rey lo perdonó y declaró que el hombre estaba libre, liberándolo de toda deuda.

¿Cómo respondió el siervo perdonado a la gracia y al perdón de su amo? Salió y atacó a un compañero de servicio que le debía una pequeña cantidad de dinero (18:28-30). ¡Qué pecado abominable! La negrura en su corazón se reveló, incluso después de haber sido perdonado.

¿Estás recibiendo el mensaje? Nunca jamás podremos pagarle a Dios por nuestras ofensas; sólo debemos aceptar su gracia y misericordia hacia nosotros. Y debemos ser tiernos y amorosos los unos con los otros: “Sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo” (Efesios 4:32).

David Wilkerson



Primer  Anterior  Sin respuesta  Siguiente   Último  

 
©2024 - Gabitos - Todos los derechos reservados