Confianza durante los tiempos difíciles
Leer | Romanos 8:35-39
La vida cambia constantemente. Apenas hemos terminado de resolver un
problema y otro comienza a surgir inmediatamente. Y esto no es algo que sólo
sucede a nivel personal, sino que podemos ver el mismo conflicto a nivel
mundial. La economía de la mayoría de los países está destruida, los precios de
la gasolina aún están muy altos en comparación con los salarios, y hay muchos
que han perdido sus empleos. No debemos asombrarnos de todo esto, pues es
normal que ocurra, ya que vivimos en un mundo caído espiritualmente.
A pesar de todo, podemos estar agradecidos a Dios, pues guía a cada uno de sus
hijos aún en los tiempos difíciles (Sal 23). Él es el buen Pastor que siempre
está atento a las necesidades de sus ovejas. Es por eso que le dice a sus
discípulos: “No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros” (Jn 14.18). Esta
promesa se cumplió con la venida del Espíritu Santo a la vida del creyente,
quien fue enviado para permanecer en el corazón de cada cristiano en todo
momento. Pablo también nos dice que somos sellados con el Espíritu de Dios
hasta el día de nuestra redención. O sea que este sello nos protege de los
ataques del enemigo que desea arrancarnos de las manos de nuestro Padre
celestial.
Es importante que destaquemos que esta promesa de protección es sólo hecha a
quienes han recibido a Jesucristo como su Señor y Salvador, y a quienes a su
vez han sido hechos hijos de Dios (Ro 8.16). Todos los seres humanos estamos
expuestos a los mismos problemas, pero el creyente en Cristo cuenta con la
ayuda del Consolador que ha sido enviado del cielo. Podemos estar convencidos
de que el amor y la misericordia siempre van a rodearnos para protegernos en
todo momento.
Tomado de: Ministerios en contacto