Alfarero, se ha roto mi vaso; lo rompieron las caídas, los golpes, las heridas... Y viendo mi miseria reducida, a miles de trozos; sintiendo el dolor de saber, que mi vaso no tiene nada que ofrecer, solo puedo decir: Alfarero, te ofrezco mis pedazos.
Miro en la cruz, tu cuerpo destrozado; sin una gota de sangre, sin vida, desnudo y humillado... recuerdo tu sacrificio de amor, Tu mejor regalo... y solo puedo decirte desde lo hondo de mi alma: Alfarero, no tengo más nada, te ofrezco mis pedazos.
Duele la soledad, la incomprensión, las grietas por donde se escapa lo que a diario me quieres dar; duele experimentar en el cincel lo que es la vida, que golpea para quitar lo que sobra, modelarnos y hacer que desde el dolor el alma no se deforme sino que se transforma….
Pero la vida no se acaba en la tormenta, aunque a veces me sienta como una miseria y pareciera que aunque me ofreces demasiado, y deba sentirme agradecido, mi vaso con nada se llena. Sé que mis trozos hablan de lo mucho que he amado, de mis esfuerzos diarios, de las ganas que tengo de dar de mi lo mejor; y del mundo transformar; pero no siempre todo sale como queremos, nos puede más la fragilidad, vamos contra corriente, todo se nos quiebra, y hoy solo mis pedazos puedo ofrecerte.
Y esa experiencia de dolor que suele parece ser a veces insoportable de sentir quebrantado mi ser, muchos creen que he emprendido la huida, trato de convertir en esperanzas mis heridas y mi lamento en oración; quiero embellecer con mis pedazos Tu altar, para gritarle al mundo desde el silencio, lo mucho que te he de amar.
Tu entregaste tu vida, por un amor sin límite... eras inocente, solo habías amado, y yo que en ocasiones siento que he fallado; y desde mi humanidad, confieso que he pecado; quiero purificar mi barro, para que sientas libertad de tomarlo en tus manos, moldear mi vida y escuchar como desde el corazón te digo: Alfarero, te ofrezco mis pedazos.
Reconstruye mi vaso, hazme de nuevo, en tus manos de Alfarero, todo cobra magia, es como nacer otra vez, contemplar Tu obra y ver que nada de lo que haces es basura, ni desechable, todo es demasiado bueno.
Alfarero, por sobre todas las cosas, te amo... quiero reconstruir mi vaso y llenarlo de nuevo; ahora no tengo mas que ofrecer solo mi oración y las ruinas de mi ser, que confían y esperan en ti, ALFARERO, TE OFREZCO MIS PEDAZOS HAZME DE NUEVO.
Kary Rojas
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