En el antiguo Israel, el arca del pacto representaba la misericordia del Señor, una verdad poderosa que vino a personificarse en Cristo. Debemos recibir su misericordia, confiar en la sangre salvadora de su misericordia y ser salvos eternamente. Entonces, puedes ridiculizar la ley, puedes burlarte de la santidad, puedes derribar todo lo que habla de Dios. Pero cuando te burlas o ridiculizas la misericordia de Dios, el juicio llega, y rápidamente. Si pisoteas su sangre de misericordia, te enfrentas a su terrible ira.
Eso es exactamente lo que les sucedió a los filisteos cuando robaron el arca. Destrucción mortal cayó sobre ellos hasta que tuvieron que admitir: “Esto no es sólo casualidad o coincidencia. La mano de Dios está claramente en nuestra contra”. Considera lo que sucedió cuando el arca fue llevada al templo pagano de Dagón, para burlarse y desafiar al Dios de Israel. En medio de la noche, el propiciatorio sobre el arca se convirtió en vara de juicio. Al día siguiente, el ídolo Dagón fue encontrado caído de bruces ante el arca, con la cabeza y las manos cortadas (ver 1 Samuel 5:2-5).
Amados, aquí es donde Estados Unidos debería estar hoy. Deberíamos haber sido juzgados hace mucho tiempo. Yo les digo a todos los que se burlan y desafían la misericordia de Dios: Adelante, intenta todo lo que quieras de llevar a la iglesia de Cristo bajo el poder del secularismo o agnosticismo. Pero si te burlas de la misericordia de Cristo, Dios echará por tierra todo tu poder y autoridad. Jeremías dice: “Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias” (Lamentaciones 3:22). Sin embargo, cuando los hombres se burlan de esa gran misericordia que es Cristo, el juicio es seguro.
Es sólo la misericordia del Señor lo que retrasa el juicio. Y ahora mismo Estados Unidos se está beneficiando de esa misericordia. Increíblemente, nuestro país está en una carrera con el resto del mundo para sacar a Dios y a Cristo de la sociedad. Sin embargo, no se burlarán del Señor; sus misericordias son para siempre, y él ama a esta nación. Creo que es por eso que todavía está derramando bendiciones sobre nosotros. Su deseo es que la bondad nos lleve al arrepentimiento (ver Romanos 2:4).
No debemos desesperarnos por la situación actual en Estados Unidos. Lamentamos la terrible corrupción, la burla y el pecado, pero tenemos esperanza, sabiendo que Dios tiene el control total. Sabemos que las misericordias de Dios perduran para siempre.
David Wilkerson