Hay diez mil o más razones para que la gente ame a Jesús y ninguna razón para odiarlo. Los cuatro evangelios lo describen como bondadoso, paciente, sufrido, lleno de ternura, perdonador, no dispuesto a que una persona perezca. Se le llama pastor, maestro, hermano, luz en la oscuridad, médico, abogado, reconciliador. Jesús no dio motivo alguno para que nadie lo odiara.
Entonces, ¿por qué el mundo odiaba a Cristo, tanto en aquellos días como ahora? Él prometió liberar a la gente de sus cadenas de oscuridad y liberar a los hombres de todo poder satánico en todo lugar. Sin embargo, lo que los cristianos vemos como un don santo de liberación y libertad, el mundo lo ve como una forma de esclavitud. Aman sus pecados y no desean librarse de ellos.
"¿A eso llamas libertad?" pregunta el inconverso. “No, esta es la libertad; podemos hacer lo que queramos con nuestro cuerpo y nuestra mente. No tenemos restricciones y podemos adorar a un dios de nuestra propia elección, incluso a ningún dios, si lo deseamos”.
En pocas palabras, el mundo ama las cosas del mundo. Los impíos disfrutan de los placeres del pecado. Jesús dijo que ellos prefieren las tinieblas a la luz. “Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas” (Juan 3:19).
Cristo les dice a sus seguidores: “Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo, por eso el mundo os aborrece” (Juan 15:19).
Jesús añade en el mismo pasaje: "Si el mundo os aborrece, sabed que a mí me ha aborrecido antes que a vosotros" (15:18). En resumen, si eres de Cristo, si Dios te escogió de la vida mundana para seguir a su Hijo, Jesús, nunca serás amado ni aceptado por este mundo. Pero así como Cristo dijo que es la luz del mundo, él también declara que nosotros somos la luz del mundo: “Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder”(Mateo 5:14). ¡Que todos dejemos que nuestra luz brille intensamente!
david wilkerson