Amarte a ti mismo no es algo sencillo de hacer porque puedes no apreciarte simplemente porque te sientes poco atractivo, o por tu situación económica, por no ser popular o porque no encajas en estereotipos. Lo cierto es que tu verdadero valor no depende de lo que tienes, sino de cómo te ves a los ojos de Dios, así que ámate como Dios te ama.
Ámate como Dios te ama
El amor de Dios va más allá de tus habilidades o falencias, sobrepasa estereotipos o cualquier otra cosa; está basado en Jesús, quien entregó su vida en sacrificio para reconciliarte a ti con Dios. Cuando entiendes esta obra redentora puedes darte cuenta lo apreciable que eres ante sus ojos pues ¡un Rey murió por ti para darte vida eterna!
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Juan 3:16 (RVR 1960)
Cuando te amas puedes amar a los demás
Nadie puede dar algo que no tiene, es así que si no te amas como Dios te ama será imposible que demuestres amor real a las personas a tu alrededor, por ello es vital que desarrolles tu amor propio a través de una comunión personal con el Señor para que así puedas extender a los demás lo que recibes de Él.
¿Te imaginas cómo sería tu entorno si todos nos amáramos como Dios nos ama? Seguro sería algo parecido al paraíso. Así que por el bien tuyo y el de los demás desarrollemos este amor en nuestra vida.
Si hay algo que te impide amarte, pide ayuda a Dios
Hay ocasiones que nos cuesta amarnos por todo lo malo que hicimos, por los errores que cometimos y creemos que no somos dignos de ser amados ni de amar. Sin embargo, este es un pensamiento erróneo, una mentira del diablo que no quiere que experimentemos el perdón ni el amor de Dios, por ello busca alejarnos de esta verdad para que vivamos en la miseria.
No obstante, está en ti el creerle a Dios cuando te dice: “Porque a mis ojos fuiste de gran estima, fuiste honorable, y yo te amé; daré, pues, hombres por ti, y naciones por tu vida.” Isaías 43:4 (RVR 1960)
Recuerda que hay alguien que te aprecia y que cree en ti, así que decídete amarte como Dios te ama.
Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Mateo 22:39 (RVR 1960).
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