Si hiciéramos un análisis introspectivo de cómo somos, lo más probable es que resaltarían más nuestros defectos que nuestras virtudes, sin embargo si nos miramos a través de la Cruz todo cambia, ya que nos vemos con el amor que Dios nos tiene.
Lo que se logró a través de la Cruz
Hay muchos mártires que dieron sus vidas por causas honorables, que trajeron resultados positivos, pero nada se compara con la obra de Jesús. Cuando Él fue crucificado en la cruz y exclamo “¡Consumado es!”, la deuda del pecado fue pagada y un puente hacia Dios se construyó, dando así esperanza a toda la humanidad.
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
Juan 3:16 (RVR 1960)
Este sacrificio nos dio una nueva vida en Cristo, nos convirtió parte del pueblo de Dios, y como tal se nos dice que somos:
Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable.
1 Pedro 2:9 (RVR 1960)
¿Si no me veo a través de la cruz?
Cuando no nos vemos a través de la cruz, estamos dejando de lado el Poder de Dios y no permitimos que obre en nuestras vidas, es como vivir como mendigos siendo reyes. Por ejemplo, como hijos de Dios tenemos el privilegio del perdón de nuestros pecados, su protección, su provisión, etc., además de todo de lo que podemos recibir, también podemos dar y ser copartícipes de su Reino.
Por ello, mírate cómo hijo de Dios antes de cualquier otro título que puedas tener, porque cuando te miras a través de la cruz la esperanza jamás morirá y podrás hacer frente a todo obstáculo que se presente.
Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios.
1 Corintios 1:18 (RVR 1960)
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