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DESPUES DE LA SEGUNDA VENIDA DE CRISTO .APOCALIPSIS 20: 1Luego vi a un Angel que bajaba del cielo y tenía en su mano la llave del Abismo y una gran cadena.2 Dominó al Dragon, la Serpiente antigua - que es el Diablo y Satanás - y lo encadenó por mil años.3 Lo arrojó al Abismo, lo encerró y puso encima los sellos, para que no seduzca más a las naciones hasta que se cumplan los mil años. Después tiene que ser soltado por poco tiempo.
Apocalipsis (de Juan) 20-> Ver. 1
[V.1-> Vi. Los acontecimientos descritos en el cap. 20 siguen inmediatamente a los que se han presentado en el cap. 19. Que descendía. O “descendiendo”. Juan vio al ángel no en la tierra sino descendiendo a la tierra. Llave. El hecho de que este ángel tenga en su mano la llave es una prueba de que el ciclo dirige completamente los acontecimientos. Al dragón le es imposible evitar que lo arrojen al abismo. Abismo. Gr. abússos (ver com. Ap 9:1). Esta visión es simbólica. El abismo no es una caverna subterránea o un precipicio en algún lugar del universo. Juan describe el panorama profético que se despliega ante sus ojos maravillados. En visión vio un abismo literal, pero el encierro del dragón en el abismo fue sólo un medio simbólico de mostrar que las actividades de Satanás serían controladas. Esto se ve claramente por la afirmación de que el propósito de su encierro era “para que no engañase más a las naciones” (Ap 20:3). La forma en que serán controladas las actividades de Satanás se deduce fácilmente por el contexto y por otros pasajes, que muestran que la tierra será completamente despoblada cuando Cristo venga por segunda vez. Según el Ap 19:19-21, todos los impíos serán destruidos cuando Jesús vuelva (ver el comentario respectivo), y al mismo tiempo los justos serán “arrebatados en las nubes para recibir al Señor en el aire” (1Ts 4:17). El lenguaje de Pablo muestra que Cristo no establecerá su reino en la tierra inmediatamente después de su segunda venida; por eso es que lleva consigo a los santos al cielo. Su reino se establecerá cuando terminen los mil años, cuando descienda la Nueva Jerusalén (Ap 21:1-3). Esta traslación de los santos al cielo en ocasión de la segunda venida de Cristo, está implícita en Jn 14:1-3. Jesús consuela a sus discípulos que están tristes por su pronta partida, diciéndoles que se va a la casa de su Padre a preparar moradas para ellos, y que después volverá y los llevará para que estuvieran con él. Cf. Jn 13:36; Jn 17:24. Las moradas están sin duda en la Nueva Jerusalén, que no desciende a la tierra sino hasta el fin de los mil años (ver Ap 21:1-3). El grupo que será arrebatado para encontrarse con el Señor en el aire, incluirá a los justos muertos, que serán resucitados en la segunda venida de Cristo, y a los justos vivos, que serán “transformados” (1Co 15:51; 1Ts 4:16-17). La muchedumbre de santos resucitados incluirá, pues, a todos los justos que han vivido en la tierra. Habrá sólo dos resurrecciones principales: la “resurrección de vida” y la “resurrección de condenación” (Jn 5:29; Hch 24:15). En estas resurrecciones “todos los que están en los sepulcros oirán su voz” (Jn 5:28-29). Algunos han insistido en que la frase “muertos en Cristo” (1Ts 4:16) incluye a los cristianos que han muerto, pero no los santos del A 71, sin embargo, los pasajes ya citados demuestran que todos los justos participarán en la resurrección de los justos. La frase “muertos en Cristo” no excluye necesariamente a los santos del AT, porque ellos murieron con su firme esperanza en el Mesías venidero. Su resurrección también dependerá de la resurrección de Cristo, porque sólo “en Cristo todos serán vivificados” (1Co 15:22). La resurrección de los justos se describe además como la “primera resurrección” (Ap 20:5-6). Han introducido mucha confusión en la doctrina de los mil años los que no reconocen que las promesas hechas al antiguo Israel estaban condicionadas por la obediencia. Los que procuran incluir el cumplimiento de estas 892 antiguas promesas en el cuadro escatológico del NT, han presentado muchas teorías fantásticas. Han intentado mucho más de lo que tuvieron en mente los escritores del NT. Estos autores inspirados por el Espíritu de Dios, presentan un cuadro consecuente de los acontecimientos de los últimos días. Muestran que los acontecimientos podrían haberse cumplido de un modo diferente si la nación judía hubiera aceptado su destino divino, pero que se cumplirán para la iglesia del NT. Muestran la verdadera posición de los judíos en los tiempos del NT y no les otorgan un lugar especial como nación. Jesús revela claramente en una de sus parábolas que cuando la nación judía lo rechazó, “el reino de Dios” les fue “quitado.... y dado a gente que” produjera “frutos de él” (ver com. Mat 21:43). Los judíos tienen ahora la misma relación con Dios que los gentiles (ver com. Rom. 11). El papel de los judíos en la profecía bíblica y la naturaleza condicional de las profecías dadas a ellos se estudia más ampliamente en el t. IV, pp. 27-40. Un examen cuidadoso de todas las evidencias demuestra que los judíos como nación no desempeñarán un papel especial en los acontecimientos de los mil años. Los judíos que hayan aceptado individualmente a Cristo a través de los siglos de la era cristiana, serán salvados como miembros de la iglesia, y junto con otros santos participarán de la primera resurrección y serán trasladados; pero los que persisten en rechazar al Mesías, se levantarán en la segunda resurrección (ver com. Ap 20:5). El traslado de todos los santos al cielo y la destrucción de todos los impíos vivos, dejará la tierra completamente despoblada. Además, las terribles convulsiones de la naturaleza relacionadas con las siete últimas plagas (ver com. Ap 16:18-21), sumirán a la tierra en una escena de completa desolación. Habrá cadáveres desparramados sobre la superficie (ver com. Ap 19:17-21). Es, pues, apropiado ver en el abússos un símbolo de la tierra desolada, en la cual Satanás será aprisionado durante mil años. En Gen 1:2 (LXX), abússos es una traducción del Heb. tehom, “profundidad”, la palabra que describe la superficie de la tierra como aparecía en el primer día de la creación: “desordenada y vacía”. Cadena. Un símbolo de sujeción. Aquí no se prefigura una atadura literal con una cadena literal; es una cadena de circunstancias. En la mano. O “sobre su mano”, lo que tal vez indica que la cadena colgaba de la mano del ángel.
Apocalipsis (de Juan) 20-> Ver. 2
[V.2-> Prendió. Gr. kratéō, “prender”, “sujetar”. Dragón... Satanás. Una alusión al Ap 12:9 donde aparecen los mismos nombres (ver el comentario respectivo). Lo ató. La atadura del dragón simboliza las restricciones que se le impondrán a las actividades de Satanás. Los impíos morirán por la gloria de la segunda venida de Cristo y los justos serán trasladados al cielo. Satanás y sus malignos ángeles serán recluidos en estas circunstancias en la tierra desolada, en donde no habrá ni una sola persona viva sobre la cual Satanás pueda ejercer sus poderes engañosos. En esto consistirá su atamiento (ver com. Ap 20:1). Mil años. Algunos comentadores entienden este período como un tiempo profético, es decir, 360.000 años literales. Basan su interpretación en que estos versículos son simbólicos, y que por lo tanto el período debe ser interpretado simbólicamente. Otros destacan que esta profecía contiene elementos literales y simbólicos, y que por lo tanto no es necesario entender simbólicamente esa cifra. Este Comentario toma la posición de que estos mil años son literales. ]
Apocalipsis (de Juan) 20-> Ver. 3
[V.3-> Abismo. Ver com. Ap 20:1. Puso su sello sobre él. Gr. sfragízō, “sellar”. En cuanto al uso de los sellos antiguos, ver com. Ap 7:2. Este sello puede compararse con el que fue colocado sobre la tumba de Jesús (Mat 27:66). El sello simboliza el hecho de que Satanás estará completamente restringido en sus actividades durante los mil años. Engañase más a las naciones. La obra de engaño de Satanás será interrumpida por la despoblación de la tierra. No habrá nadie a quien pueda engañar (ver com. Ap 20:1). Debe ser. Gr. déi, “es necesario”. Déi sugiere una necesidad fundada en razones morales y éticas. Aquí es una necesidad porque Dios dispone que así sea como parte de su plan divino. Desatado. Lo opuesto a la atadura del diablo en la segunda venida de Cristo. Satanás podrá nuevamente engañar a los hombres, mover su voluntad para que se opongan a Dios. Con la despoblación de la tierra terminó su obra de engaño; por lo tanto, su desatamiento significa que la tierra se ha repoblado, lo que sucederá cuando resuciten todos los impíos al final de los mil años (ver com. Ap 20:5). 893 Estos impíos resucitados serán sujetos al engaño del maligno, y entre tanto él hace planes para su batalla final contra Jehová. Un poco de tiempo. No se nos dice cuánto durará este “poco” de tiempo. Será suficiente tiempo para que Satanás organice a los impíos resucitados para lanzar un asalto final contra la nueva Jerusalén. ]
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APOC 20:4 Luego vi unos tronos, y se sentaron en ellos, y se les dio el poder de juzgar; vi también las almas de los que fueron decapitados por el testimonio de Jesús y la Palabra de Dios, y a todos los que no adoraron a la Bestia ni a su imagen, y no aceptaron la marca en su frente o en su mano; revivieron y reinaron con Cristo mil años.
5 Los demás muertos no revivieron hasta que se acabaron los mil años. Es la primera resurrección.
6 Dichoso y santo el que participa en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene poder sobre éstos, sino que serán Sacerdotes de Dios y de Cristo y reinarán con él mil años.
[V.4-> Tronos. Símbolos de autoridad para gobernar como rey (Ap 13:2) o como juez (Mat 19:28). Facultad de juzgar. Gr. kríma, “sentencia”, “veredicto”, “juicio promulgado”. Kríma parece significar aquí la autoridad de dictar una sentencia. El pasaje no se refiere a un veredicto a favor de los justos. Los santos se sientan sobre tronos, y este mismo acto significa que ellos son los que pronunciarán la sentencia. El pasaje es sin duda una alusión a Dan 7:22, donde el profeta dice que “se dio el juicio a los santos del Altísimo”. La palabra “juicio” en Daniel (LXX), es krísis, “el acto de juzgar”, mientras que la versión griega de Teodoción, dice kríma. La obra de juicio a la que se refiere Juan es sin duda la misma de la cual habla Pablo: “¿O no sabéis que los santos han de juzgar al mundo?... ¿O no sabéis que hemos de juzgar a los ángeles?” (1Co 6:2-3). La obra de juicio sin duda implicará una cuidadosa investigación de los registros de los impíos, para que todos queden completamente convencidos de la justicia de Dios cuando destruya a los impíos (DTG 40). Ver CS 718-719. Alma. Ver com. Ap 6:9; cf. com. Sal 16:10. Decapitados. Gr. pelekízō, literalmente, “cortar con un hacha”, específicamente “decapitar”. La palabra deriva de pélekus, “hacha”, que era el instrumento que se usaba en las ejecuciones de la Roma antigua; más tarde fue sustituida por la espada. Por causa del testimonio de Jesús. Ver com. Ap 1:2; Ap 1:9. El testimonio dado acerca de Jesús. Palabra de Dios. Ver com. Ap 1:2; Ap 1:9. Que no habían adorado. En otras palabras, habían prestado atención a la amonestación del tercer ángel (Ap 14:9-12), y se negaron a obedecer al poder representado por la bestia aunque estuvieron amenazados con muerte y aislamiento social (ver com. Ap 13:15-17). En este versículo sólo se mencionan dos clases de santos: los mártires y los vencedores sobre la bestia. Esto no significa que son los únicos que participarán del reinado durante los mil años, porque ya se ha demostrado que todos los justos muertos, y no sólo los mártires, participarán en la primera resurrección (ver com. Ap 20:1, cf. com. Dan 12:2). Quizá se menciona específicamente a los mártires y a los vencedores sobre la bestia porque representan a los que sufrieron más. Ver la segunda Nota Adicional al final de este capítulo. Y vivieron. El texto griego puede traducirse “vivieron” o “surgieron a la vida”. El contexto parece favorecer la segunda traducción; de lo contrario la declaración: “Esta es la primera resurrección” (Ap 20:5), no tendría un antecedente apropiado. Sin embargo, los vencedores de la bestia estarán vivos en el tiempo que precederá inmediatamente a la venida del Hijo del hombre, y la mayoría de ellos no necesitará resucitar (ver com. Ap 20:1). Por lo tanto, algunos sugieren que “vivieron” debe sugerir la idea de un comienzo, y que “y” debe entenderse como un término explicativo. De modo que diría: “Ellos comenzaron a vivir, es decir, a reinar con Cristo”. Reinaron. Surge la pregunta: ¿sobre quiénes reinarán los santos si todos los impíos han sido destruidos? Se dice que reinan “con Cristo”. Cuando el séptimo ángel toque la trompeta, “los reinos del mundo” llegarán a ser los reinos “de nuestro Señor y de su Cristo” (Ap 11:15). Daniel habla del “reino, y el dominio y la majestad de los reinos” que es “dado al pueblo de los santos del Altísimo” (Ap 7:27). Los santos han estado bajo el gobierno opresor de reyes que habían bebido el vino de la fornicación de Babilonia (Ap 18:3); pero ahora se han invertido los papeles. Es verdad que los impíos están muertos (ver com, Ap 20:2), pero volverán a la vida al fin del milenio (ver Ap 20:5). Están encerrados, por decirlo así, para recibir después su castigo. Mientras tanto los santos ayudan en la obra de juicio que determinará el castigo que será aplicado. Después de que los impíos retornen a la vida, sufrirán la derrota completa, recibirán su castigo y serán aniquilados (ver com. Ap 14:10; Ap 20:9). Con Cristo. El reino milenario será con Cristo en el cielo, no en la tierra como lo afirman muchos intérpretes de la Biblia (ver com. Ap 20:2; ver la segunda Nota Adicional 894 al final de este capítulo). Mil años. Ver com. Ap 20:2. ]
[V.5-> Los otros muertos. Es obvio que se refiere a los impíos muertos, los que desde el principio del mundo han muerto sin Cristo y los que perecieron durante la segunda venida de Cristo. Esto es más claro aún porque todos los muertos justos participarán en la primera resurrección. Por lo tanto, “los otros muertos” tienen que ser los impíos muertos (ver com. Ap 20:2). Algunos MSS omiten la frase “pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años”, pero la evidencia textual establece su inclusión. De todos modos la doctrina de la segunda resurrección -implícita claramente en este capítulo- no depende de esta declaración. Si las naciones tienen que unirse con Satanás en su ataque contra la santa ciudad (Ap 20:9), es necesario que vuelvan a la vida. La frase “segunda resurrección” se deriva de la observación de que sólo hay dos resurrecciones principales (Jn 5:28-29; Hch 24:15), y que la resurrección de los justos se llama la “primera resurrección” (ver com. Ap 20:2; Ap 20:4). La oración “pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años”, constituye un paréntesis. La frase que sigue: “Esta es la primera resurrección”, se relaciona directamente con la resurrección mencionada en el Ap 20:4. Hay un estudio de la evidencia textual en cuanto al Ap 20:5 en la primera Nota Adicional al final de este capítulo. Primera resurrección. Es decir, la mencionada en el Ap 20:4 (ver el comentario respectivo). ]
[V.6-> Bienaventurado. Gr. makários (ver com. Mat 5:3). Santo. Gr. hágios (ver coro. Rom 1:7). La segunda muerte. O sea la muerte que sufrirán los impíos después de su resurrección al final de los mil años (Ap 20:14; Ap 21:8). La primera muerte es la que le sobreviene a todos (1Co 15:22; Heb 9:27). Todos, tanto los justos como los impíos, serán resucitados de esta primera muerte (Jn 5:28-29). Los justos saldrán de sus tumbas a la inmortalidad (1Co 15:52-55). Los impíos serán resucitados para recibir su castigo y morir eternamente (Ap 20:9; Ap 21:8). Dios los destruirá totalmente en el infierno (ver com. Mat 10:28); los aniquilará. La “segunda muerte” es algo diametralmente opuesto a una vida eterna en medio de torturas, que según enseñan muchos será la suerte de los impíos (ver com. Mat 25:41). Potestad. Gr. exousía, “autoridad”. La segunda muerte no tocará a los redimidos. Sacerdotes. Ver com. Apoc. 1.6; cf Isa 61:6. De Dios. Es decir, en compañía con Dios; así mismo “de Cristo” significa en compañía con Cristo. Las frases “de Dios” y “de Cristo” pueden también significar respectivamente, sirviendo a Dios y sirviendo a Cristo. Reinarán. Ver com. Ap 20:4 y la segunda Nota Adicional al final de este capítulo. ]
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Apoc 20:7 Cuando se terminen los mil años, será Satanás soltado de su prisión
8 y saldrá a seducir a las naciones de los cuatro extremos de la tierra, a Gog y a Magog, y a reunirlos para la guerra, numerosos como la arena del mar.
9 Subieron por toda la anchura de la tierra y cercaron el campamento de los santos y de la Ciudad amada. Pero bajó fuego del cielo y los devotos
[V.7-> Suelto. El encierro tendrá lugar cuando los justos sean trasladados al cielo y destruidos los impíos vivos (ver com. Ap 20:2); y Satanás será “suelto” cuando resuciten los impíos. Esto le dará súbditos sobre quienes ejercer su arte de engaño. Prisión. La prisión es el “abismo”, la tierra que quedará desolada cuando Cristo venga por segunda vez, y en donde Satanás quedará circunscrito durante los mil años (ver com. Ap 20:1). Pero Satanás será libertado para organizar a los impíos resucitados. Este será su esfuerzo final contra Dios antes de que sea destruido para siempre jamás. ]
[V.8-> Naciones... Gog y a Magog. Estos términos representan a las huestes de los réprobos de todos los siglos, quienes participarán en la segunda resurrección. Hay un estudio de los nombres “Gog” y “Magog” y de la aplicación de estos símbolos en la profecía del AT y en este pasaje, en com. Eze 38:1-2. La batalla. El artículo definido pone de manifiesto que será una batalla especial: el último conflicto entre Dios y los que se rebelaron contra él. Ver CS 721-723. La arena del mar. Es decir, más de lo que pueda computarse (cf. Gen 22:17). Esta hueste la componen todos los réprobos desde la fundación del mundo. ]
[V.9-> La anchura de la tierra. Compárese con una expresión similar en Hab 1:6. Los impíos, bajo la dirección de Satanás, marchan contra el campamento de los justos. El campamento. Gr. parembol’, “campamento”. Parembol’ se usa para referirse a los cuarteles de los soldados o a un fortín (Hch 21:34; Hch 21:37), a los ejércitos en formación de guerra (Heb 11:34) o a un campamento de personas (Heb 13:11; Heb 13:13). Parembol’ describe aquí a la Nueva Jerusalén. Y la ciudad amada. La ciudad amada es la 895 Nueva Jerusalén (Ap 21:10). Algunos eruditos distinguen entre el campamento y la ciudad; pero por lo menos está claro que los santos estarán dentro de la ciudad durante el asedio (ver PE 292-293). El hecho de que la “ciudad amada” es sitiada demuestra claramente que ya ha descendido, aunque su descenso se describe en el Ap 21:1; Ap 21:9-10. Uno de los acontecimientos más importantes después de la terminación de los mil años es el descenso de Cristo, los santos y la ciudad santa. La narración es muy breve, pero la secuencia de los acontecimientos es clara cuando se examina todo el contexto. Fuego. Sin duda se refiere a fuego literal como medio de destrucción. Consumió. La flexión del verbo griego denota una acción completa. Los impíos serán aniquilados. Sufrirán la “segunda muerte” (ver com. Ap 20:6). Aquí no se insinúa una tortura perpetua en un infierno que arde para siempre (cf. Jud 1:7). ]
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Apoc 20:10 Y el Diablo, su seductor, fue arrojado al lago de fuego y azufre, donde están también la Bestia y el falso profeta, y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos.
11 Luego vi un gran trono blanco, y al que estaba sentado sobre él. El cielo y la tierra huyeron de su presencia sin dejar rastro.
12 Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie delante del trono; fueron abiertos unos libros, y luego se abrió otro libro, que es el de la vida; y los muertos fueron juzgados según lo escrito en los libros, conforme a sus obras.
[V.10-> Lago de fuego. Ver com. Ap 19:20. Este lago de fuego es la superficie de la tierra que se convertirá en un mar de llamas que consume a los impíos y purifica la tierra. Estaban. Esta palabra ha sido añadida. El contexto sugiere reemplazarla con la frase “fueron lanzados”. Ver com. Ap 19:20. Serán atormentados. El sujeto plural del verbo son el diablo, la bestia y el falso profeta. Debe notarse que la bestia y el falso profeta no son seres literales sino simbólicos. Por los siglos de los siglos. Ver coro. Ap 14:11. ]
[V.11-> Trono. Símbolo de autoridad, en este caso la autoridad de llevar a cabo un juicio. El trono es “blanco”, lo que quizá sugiera pureza y justicia en las decisiones tomadas. También se le agrega el adjetivo “gran”, quizá para referirse a las decisiones importantes que allí se toman. Al que estaba sentado. No se dice la identidad de la persona que está sentada sobre el trono, a menos que lo revelen las palabras “ante Dios” (Ap 20:12); sin embargo, la evidencia textual establece (cf. p. 10) el texto “delante del trono”. De allí que permanezca la incertidumbre de la identidad. Las Escrituras presentan a Cristo (Rom 14:10) y al Padre (Heb 12:23) sentados para ejercer juicio. En Ap 4:2; Ap 4:8-9; Ap 5:1; Ap 5:7; Ap 5:13; Ap 6:16; Ap 7:10; Ap 7:15; Ap 19:4; Ap 21:5 el Padre es el que está sentado en el trono como juez divino; pero los dos actúan en la más estrecha unidad (ver com. Jn 10:30). Los actos oficiales del uno son los mismos del otro. Cristo es sin duda el que lleva la iniciativa aquí (ver CS 724). Huyeron. Una indicación del poder absoluto de Aquel que está sentado sobre el trono y de la fugaz existencia de este mundo (Sal 102:25-26; Sal 104:29-30; Isa 51:6; Mar 13:31; 2Pe 3:10). El orden eterno que se establecerá habrá de ser de una clase enteramente nueva (Ap 21:1-5). ]
[V.12-> Los muertos. Es obvio que se refiere a los que participarán en la segunda resurrección (ver com. Ap 20:5; Ap 20:7). Grandes y pequeños. La jerarquía que se alcanza en esta vida no tiene valor alguno en este encuentro con Dios. Muchas personas importantes escaparon al justo castigo de sus iniquidades mientras vivían; pero en este ajuste final de cuentas con Dios no se podrá evadir Injusticia plena. Ante Dios. La evidencia textual establece (cf. p. 10) el texto “delante del trono” (BJ, BA, NC). Ver com. Ap 20:11. Los libros. Estos son los libros que contienen el registro de la vida de los seres humanos. Ninguna sentencia pronunciada sobre los impíos será arbitraria, unilateral o injusta. Hay una clasificación de estos libros en com. Dan 7:10. Otro libro. Es decir, “un libro más”. De la vida. Ver com. Fil 4:3; cf. com. Luc 10:20. Según sus obras. Ver com. Rom 2:6. Estas son evidencias que todos pueden ver y evaluar. ]
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APOC 20:10 Y el Diablo, su seductor, fue arrojado al lago de fuego y azufre, donde están también la Bestia y el falso profeta, y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos.
11 Luego vi un gran trono blanco, y al que estaba sentado sobre él. El cielo y la tierra huyeron de su presencia sin dejar rastro.
12 Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie delante del trono; fueron abiertos unos libros, y luego se abrió otro libro, que es el de la vida; y los muertos fueron juzgados según lo escrito en los libros, conforme a sus obras.
[V.10-> Lago de fuego. Ver com. Ap 19:20. Este lago de fuego es la superficie de la tierra que se convertirá en un mar de llamas que consume a los impíos y purifica la tierra. Estaban. Esta palabra ha sido añadida. El contexto sugiere reemplazarla con la frase “fueron lanzados”. Ver com. Ap 19:20. Serán atormentados. El sujeto plural del verbo son el diablo, la bestia y el falso profeta. Debe notarse que la bestia y el falso profeta no son seres literales sino simbólicos. Por los siglos de los siglos. Ver coro. Ap 14:11.
[V.11-> Trono. Símbolo de autoridad, en este caso la autoridad de llevar a cabo un juicio. El trono es “blanco”, lo que quizá sugiera pureza y justicia en las decisiones tomadas. También se le agrega el adjetivo “gran”, quizá para referirse a las decisiones importantes que allí se toman. Al que estaba sentado. No se dice la identidad de la persona que está sentada sobre el trono, a menos que lo revelen las palabras “ante Dios” (Ap 20:12); sin embargo, la evidencia textual establece (cf. p. 10) el texto “delante del trono”. De allí que permanezca la incertidumbre de la identidad. Las Escrituras presentan a Cristo (Rom 14:10) y al Padre (Heb 12:23) sentados para ejercer juicio. En Ap 4:2; Ap 4:8-9; Ap 5:1; Ap 5:7; Ap 5:13; Ap 6:16; Ap 7:10; Ap 7:15; Ap 19:4; Ap 21:5 el Padre es el que está sentado en el trono como juez divino; pero los dos actúan en la más estrecha unidad (ver com. Jn 10:30). Los actos oficiales del uno son los mismos del otro. Cristo es sin duda el que lleva la iniciativa aquí (ver CS 724). Huyeron. Una indicación del poder absoluto de Aquel que está sentado sobre el trono y de la fugaz existencia de este mundo (Sal 102:25-26; Sal 104:29-30; Isa 51:6; Mar 13:31; 2Pe 3:10). El orden eterno que se establecerá habrá de ser de una clase enteramente nueva (Ap 21:1-5).
[V.12-> Los muertos. Es obvio que se refiere a los que participarán en la segunda resurrección (ver com. Ap 20:5; Ap 20:7). Grandes y pequeños. La jerarquía que se alcanza en esta vida no tiene valor alguno en este encuentro con Dios. Muchas personas importantes escaparon al justo castigo de sus iniquidades mientras vivían; pero en este ajuste final de cuentas con Dios no se podrá evadir Injusticia plena. Ante Dios. La evidencia textual establece (cf. p. 10) el texto “delante del trono” (BJ, BA, NC). Ver com. Ap 20:11. Los libros. Estos son los libros que contienen el registro de la vida de los seres humanos. Ninguna sentencia pronunciada sobre los impíos será arbitraria, unilateral o injusta. Hay una clasificación de estos libros en com. Dan 7:10. Otro libro. Es decir, “un libro más”. De la vida. Ver com. Fil 4:3; cf. com. Luc 10:20. Según sus obras. Ver com. Rom 2:6. Estas son evidencias que todos pueden ver y evaluar. ]
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Apoc 20: 13 Y el mar devolvió los muertos que guardaba, la Muerte y el Hades devolvieron los muertos que guardaban, y cada uno fue juzgado según sus obras.
14 La Muerte y el Hades fueron arrojados al lago de fuego - este lago de fuego es la muerte segunda -
15 y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue arrojado al lago de fuego.
[V.13-> El mar.. la muerte... el Hades. Estas palabras destacan la universalidad de la segunda resurrección insinuada en el Ap 20:12. Nadie podrá escaparse de comparecer en persona delante de Dios en su trono. La muerte y el Hades se mencionan juntos en los Ap 1:18; Ap 6:8. En cuanto a una definición de “Hades”, ver com. Mat 11:23. ]
[V.14-> La muerte y el Hades. Una personificación de la muerte y el Hades. Este lanzamiento de ambos en el lago de fuego, representa el fin de la muerte y el sepulcro o morada de los muertos. No tendrán jamás parte alguna en la Tierra Nueva, pues son fenómenos mortales que sólo pertenecen a este mundo. 1ª muerte es el enemigo final que será destruido (1Co 15:26; 1Co 15:53-55). Lago de fuego. Ver com. Ap 20:1. La muerte segunda. Ver com. Ap 20:6. ]
[V.15-> Y el que. En el libro de la vida sólo permanecerán los nombres de los que hayan sido fieles. Los nombres de los que no perseveraron hasta el fin, serán borrados (Ap 3:5). Los nombres de muchos nunca estuvieron registrados allí, porque en el libro sólo están los nombres de los que en algún momento de su vida profesaron fe en Cristo (ver com. Luc 10:20). Lago de fuego. Ver com. Ap 20:10. Cf. Mat 25:41; Mat 25:46; Ap 21:8. ]
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