EL MATRIMONIO ENTRE HOMBRE MUJER DIOS LOS INSTITUYO EN ADAN Y EVA .
Éxodo 20-> Ver.
[V.14-> No cometerás adulterio. Esta prohibición no sólo abarca el adulterio sino también la fornicación e impureza de toda y cualquier clase, en hechos, palabras y pensamientos (Mat 5:27; Mat 5:28). Este, nuestro tercer deber para con nuestro "prójimo", significa respetar y honrar el vínculo sobre el cual se edifica la familia, el de la relación matrimonial, que para el cristiano es tan preciosa como la vida misma (Heb 13:4). El casamiento hace del esposo y la esposa "una sola carne" (Gen 2:24). Ser desleal a esta unión sagrada, o inducir a otro a serlo, es despreciar lo que es sagrado y es también cometer un crimen. A través de toda la historia humana, por regla general no se ha considerado como una falta grave el que un esposo se convirtiera en adúltero. Sin embargo, si la esposa era la culpable, se la trataba con la máxima severidad. La sociedad habla de la "mujer caída", pero poco se dice del "hombre caído". El mandamiento se aplica con igual fuerza a ambos: al esposo y a la esposa (Heb 13:4; Ap 21:8). ]
MATEO 5:28, 5-> Ver.
[V.28-> Pero yo os digo. Ver com. Mat 5:22. Esencialmente, las enseñanzas de Jesús acerca de la relación matrimonial y sus responsabilidades se basan en el plan original de Dios para el hogar que aparece en Gen 2:21-24 (ver Mat 19:8), y no en la ley mosaica (Deu 24:1-4). Según ese plan, el matrimonio debía satisfacer la necesidad de compañerismo (Gen 2:18), y debía proporcionar un hogar y la debida educación para los hijos que nacieran (Gen 1:28; Gen 18:19; Pro 22:6; Efe 6:14). El hogar fue establecido como un ambiente ideal en el cual tanto padres como hijos pudieran aprender de Dios y desarrollaran caracteres que estuvieran a la altura de los elevados ideales inherentes en el propósito divino que llevó a su creación. Mira a una mujer. La belleza femenina es un don del amante Creador, de quien procede toda verdadera belleza. La limpia apreciación de esa hermosura es correcta. Además, la atracción que cada sexo tiene para el otro fue implantada en los hombres y las mujeres por el Creador, y cuando se manifiesta dentro de los límites ordenados por Dios, es intrínsecamente buena, pero cuando se la pervierte para servir a intereses impíos y egoístas, se transforma en una de las fuerzas destructoras más grandes del mundo. Codiciarla. Gr. epithuméō significa “anhelar”, “desear intensamente”, “codiciar”. Se emplea tanto en el sentido bueno como en el malo. Jesús dijo a los doce que había deseado con gran deseo (epithumía, epethúm’sa) comer 327 la pascua con ellos (Luc 22:15), En este sentido positivo epithuméō aparece también en Mat 13:17; Luc 17:22; Heb 6:11; 1Pe 1:12; etc. El sustantivo de la misma raíz epithumía, “deseo” aparece en Fil 1:23; 1Ts 2:17. Uno de los equivalentes hebreos del verbo epithuméo es jamad, “desear”, “complacerse”. Esta es la palabra que se traduce como “codiciar” en el décimo mandamiento (Exo 20:17; Deu 5:21) y “desear” en Isa 53:2. Cristo sin duda pensaba en el décimo mandamiento cuando advirtió en contra de mirar “a una mujer para codiciarla”. Es decir, el hombre que pone sus afectos y su voluntad en armonía con el décimo mandamiento, de esa manera se protege de violar el séptimo. Corazón. Gr. kardía, “corazón”, pero que se refiere más bien al intelecto, los afectos y la voluntad. “Porque cual es su pensamiento en su corazón, tal es él” (Pro 23:7). Cristo destaca que el carácter se determina no tanto por los actos visibles como por los sentimientos que motivan esos actos. Lo externo meramente refleja e incrementa los sentimientos. Aquel que comete acciones malas si está seguro de que nadie lo sabrá y que se reprime de cometerlas sólo por ese temor, es culpable a la vista de Dios. El pecado es en primer lugar un acto de las facultades superiores de la mente, de la razón, del libre albedrío, de la voluntad (ver com. Pro 7:19). La acción visible es meramente un resultado de la decisión interna.]
GENESIS 2-> Ver.
[V.24-> Dejará el hombre a su padre y a su madre. Las palabras de este versículo no pueden considerarse como una declaración profética de Adán, sino más bien como las palabras de Dios mismo. Son parte de la declaración hecha por Dios acerca de la ceremonia matrimonial (ver Mat 19:4; Mat 19:5; DMJ 57). Estas palabras expresan la más profunda unidad física y espiritual del hombre y la mujer, y presentan la monogamia delante del mundo como la forma de matrimonio establecida por Dios. Estas palabras no recomiendan el abandono de los deberes filiales y del respeto hacia el padre y la madre, sino que principalmente se refieren a que la esposa ha de ser la primera en el afecto del esposo y que su primer deber es para ella. Su amor por ella ha de exceder, aunque ciertamente no debe desalojar el amor debido a sus padres. Serán una sola carne. La unión de esposo y esposa se expresa en palabras inconfundibles, existiendo como es en realidad unión de cuerpos, comunidad de intereses y reciprocidad de afectos. Es significativo que Cristo use este mismo pasaje en su vigorosa condenación del divordo (Mat 19:5)HEBREOS 13-> Ver.
[V.4-> Honroso sea en todos. La institución del matrimonio fue ordenada por un sabio Creador para que fuera una gran bendición para los seres humanos, y cuando se lleva a cabo el propósito del Creador en la vida familiar, el resultado es un bien inmensurable. Pero el matrimonio se pervierte cuando sólo sirve a propósitos indignos; pierde la cualidad de ser “honroso”. Matrimonio. Respecto a los ideales cristianos en cuanto a las responsabilidades y los privilegios del matrimonio, ver com. 1 Cor. 7; cf. com. Mat 5:28-32; Mat 19:5-10. Lecho sin mancilla. Esta parte del versículo puede traducirse: “que el lecho conyugal sea sin mancha”. Es posible que el lecho sea mancillado, y por esto el apóstol aconseja a sus lectores a mantenerlo puro y honorable, a no degradarlo convirtiéndolo en un instrumento para la complacencia de las bajas concupiscencias. La idea que sostienen algunos de que las intimidades de la vida conyugal no son honorables, o que necesariamente disminuyen la nobleza del carácter, sirven como un recurso del diablo, que deshonra una de las disposiciones que el Creador ordenó y declaró buena. Ver com. 1Co 7:3-5. Fornicarios. O “personas inmorales”. Ver com. Mat 5:32. Adúlteros. Ver com. Exo 20:14; Mat 5:32. Juzgará Dios. En el último día junto con todos los que persistentemente hayan vivido violando los principios presentados en la santa ley divina (ver com. Ap 21:8). ]
APOCALIPSIS 21->
[V.8-> Pero. Se presenta ahora un notable contraste. Cobardes. Gr. deilós, “cobarde”, “miedoso”. La palabra se usa siempre con el sentido de cobardía o timidez sin razón. Compárese con su uso en Mat 8:26; Mar 4:40, con el verbo afín de Jn 14:27, y el sustantivo afín en Jn 14:27 y 2Ti 1:7, respectivamente. En todos estos casos el significado básico es cobardía. Muchos no triunfan en la lucha espiritual debido a su cobardía y debilidad moral; se dan por vencidos en el tiempo de prueba. Cf. Mat 24:13. Incrédulos. Los que carecen de fe, o sea que no permanecen fieles. No confían en Dios hasta el fin; demuestran que son indignos de confianza. Abominables. Del Gr. bdelússō, “causar repugnancia”, “sentir horror”; del verbo bdéō, “heder”. El sustantivo bdélugma aparece en Luc 16:15; Ap 17:4-5; Ap 21:27. Homicidas. Se incluye a los perseguidores y asesinos de los fieles hijos de Dios a través de la historia. 904 Fornicarios. Gr. pórnos (ver 1Co 5:9-10; etc.). La forma femenina se traduce “rameras” en Mat 21:31-32; Luc 15:30. Cf. com. Efe 5:3; Efe 5:5. Hechiceros. Gr. farmakós, “practicantes de artes mágicas”. El sentido etimológico es magia, encantamiento, brujería y el uso de drogas para entorpecer los sentidos. Un equivalente moderno de la antigua práctica de la hechicería es el espiritismo. Idólatras. Una referencia a los pueblos paganos y a los cristianos que practican ritos paganos. Cf. com. 1Co 5:10; 1Co 6:9; 1Co 10:7. Mentirosos. Incluye a los que predican falsas doctrinas. Ver com. Exo 20:16; ver PP 3:17. Muerte segunda. Ver com. Ap 20:6. ]
MATEO 19-> Ver.
[V.5-> Por esto. Esta cita de Gen 2:24, es casi idéntica al texto de la LXX. En Génesis, las palabras aquí citadas parecen ser palabras de Adán citando Eva le fue dada por mujer, pero Jesús dice específicamente que Dios las pronunció. Dejará padre y madre. Durante la niñez y la juventud, los hijos deben rendir cuentas ante sus padres (Pro 23:22; cf. Mar 7:10-13). Tienen responsabilidades filiales para con ellos durante toda la vida (Exo 20:12); pero por muy importante que sea esta obligación, cuando se casan queda subordinada a la ley matrimonial. En el caso de que las dos obligaciones estén en pugna, quizá como resultado de la debilidad humana y de los errores propios del hombre, la primera responsabilidad es la conyugal. Una sola carne. El “ser uno” no solo implica la unión sexual, sino también la unidad en lo mental y lo espiritual. Aquellas parejas que comparten mayor número de intereses, aun antes del matrimonio, serán las que tendrán más probabilidades de disfrutar de un mayor compañerismo y de lograr un matrimonio más dichoso. Por el contrario, cuando hay grandes diferencias de procedencia, educación, actividades, principios y gustos mutuos, es mucho más difícil alcanzar la unidad mental y espiritual y lograr éxito en la relación matrimonial.]
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