¿Lees
la Biblia todos los días?
No tengo tiempo.
¿Comes todos los días?
Si, hasta tres veces.
Entonces no es cuestión de tiempo, sino de hambre.
Constantemente mi oración es: Señor, abre mis ojos para que
pueda ver mi necesidad de ti. Dame hambre de tu Palabra. Enséname mi pobreza. Hazme
sentir desesperadamente de ti.
¿Te unes a esta oración?
Dios contestara a esa oración. Toma la Biblia y ábrela por
fe. Es solo exponiéndonos a la Palabra que la encontraremos satisfactoria y más
dulce que la miel.
Tengo innumerables experiencias de agarrar mi Biblia con un
corazón frio y leerla por fe; y luego cerrándola con nuevos afectos. La Palabra
de Dios es un fuego que derrite mi corazón helado y un martillo que rompe mi incredulidad.
Es al cavar en sus tesoros que mi corazón se deslumbra ante su hermosura. Es sumergiéndome en ella que puedo discernir mi
corazón y la voluntad de Dios.
Ora por hambre y lee la Biblia por fe. Hazlo constantemente,
repetidamente y fielmente.
Saludos mis hmnos/as. Amigos les amo a todos.