AHORA CAMINO EN
VICTORIA.
Ahora camino en victoria. Soy
totalmente victorioso sobre la comida. No abuso de la misma, ni la utilizo
buscando satisfacción, recompensa o como un escape emocional. No expreso mi
enojo o frustración comiendo en exceso.
Sólo Jesús me satisface;
sólo Él me da las fuerzas para enfrentarme con la ira y la frustración, y para
cumplir con mis responsabilidades diarias. No necesito más premio que el
de vivir en un acto de obediencia a Él.
Él es Dios, mi Padre; es mi
Salvador en la persona de Jesús, y mi ayudador en el Espíritu Santo.
Hoy adoro a Dios en
obediencia, alabanza y con actitudes positivas. Él me ama y yo también le amo y
respeto a mí mismo.
Jesús murió por mí, y ha
perdonado todos mis pecados.
Tengo derecho a lo mejor de la
vida, porque Cristo murió para dármelo.
Me he desecho de las obras de
la carne y revestido de la justicia de Cristo. El Espíritu Santo me da el poder
para ser libre y no comer aquellos alimentos que me hacen daño. Seré sano en el
nombre de Jesús y para Su Gloria.
Él es mío y yo completamente
suyo. Uso la Palabra de Dios como arma en la lucha. Peleo ganando batallas, y
no cedo a las comidas que no son nutritivas ni a las obras de la carne.
Elijo caminar en el Espíritu
por el poder de Dios que Él me infunde.
(Tomada del libro “Libre para
ser Delgado” de Marie Chaplan y Neva Coyle).