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Tan fugaz como las perlas del rocío Que en un instante, se evaporan y se van, Fue mi aventura con tus ojos soñadores, Una mañana de verano frente al mar.
No me miraste, ni notaste mi presencia, Yo al contemplarte, no hice más que suspirar Por tu mirada que perdida entre las olas, Había robado el azul-verde del mar.
Quise quererte y te ame por un minuto, Fue suficiente, para que pedirte más? Si sin saberlo, ya me habías regalado, Una aventura con tus ojos frente al mar.
M. Brandan
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