PLATERO Y YO
Juan Ramón Jiménez
Juegos del anochecer
Cuando en el crepúsculo del pueblo, Platero y yo entramos, ateridos, por la oscuridad morada de la calleja miserable que da al rio seco, los niños pobres juegan a asustarse, fingiendose mendigos. Uno se echa un saco a la cabeza, otro dice que no ve, otro se hace el cojo...
Despues, en ese brusco cambiar de la infancia, como llevan unos zapatos y un vestido, y como sus mades, ellas sabrán como, les han dado algo de comer, se creen unos principes:
-Mi pare tié un reló e plata
-Y er mío, un cabayo.
-Y er mío, una ejcopeta.
Reloj que levantará a la madrugada, escopeta que no matará el haambre, caballo que llevará a la miseria.
El corro, luego. Entre tanta negrura una niña forastera que habla de otro modo, la sobrina del Pájaro Verde, con voz debil, hilo de cristal acuoso en la sombra, canta entonadamente como una princesa:
Yo soy laaaa viudiiiita
del Condeee de Oree...
..!Si, si! ¡Cantad, soñad niños pobres! Pronto, al amanecer vuestra adolescencia, la primavera os asustará. como un mendigo, enmascarada de invierno.
-Vamos, Platero.....
Cariños,
INTENSA
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