Una tarde un hombre volvió a su casa del trabajo
y encontró un desorden total.
Sus tres hijos estaban afuera, todavía en pijamas,
jugando en el barro, con cajas y envolturas de
comida tiradas por todo el jardín.
La puerta de la casa estaba abierta.
Cuando pasó la entrada, encontró todavía más desorden.
Una lámpara caída, el sillón cargado de ropa y mochilas,
zapatos tirados, la TV estaba puesta a todo volumen
en un canal de dibujitos, el playroom lleno de juguetes
desparramados y ropa tirada por el piso.
En la cocina la pileta estaba llena de platos sucios,
había comida del perro por el piso
y un par de vasos rotos bajo la mesa.
Rápidamente se dirigió hacia las escaleras,
pisando más juguetes y más ropa tirada en el camino...
Estaba preocupado por lo que le podría haber
pasado a su mujer... ¿estaría descompuesta?
Grande fue su sorpresa cuando la encontró en el dormitorio,
descansando, todavía acurrucada en la cama
y en camisón, leyendo una novela.
Al verlo, ella le sonrió feliz y le preguntó cómo le había ido en su día...
Él la miró, y totalmente extrañado le preguntó:
- "Pero mi amor ... !!¿¿Qué pasó aquí hoy??!!
Ella sonrió de nuevo y muy tranquila le respondió:
- "¿Viste que hay días en que llegás del trabajo y me preguntas
¡¡Qué Carajo hiciste en TODO el día!!"
- "Sí..."- fue la respuesta incrédula del esposo.
- "Bueno, -respondió ella- ...
¡¡¡Hoy no hice un CARAJO!!!..."