Hasta hace poco, imaginaba que las piedras apiladas
como éstas, reflejaban el poder creativo de la unión,
de la superación; eran como los castellers
Sin embargo, a diferencia de los castellers,
donde hay un elemento activo (yang),
un esfuerzo, una meta simbolizada
en el último individuo que corona la estructura,
estas construcciones de piedras manifiestan
lo que no se ve: el equilibrio (yin) (sin esfuerzos)
que armoniza y hace posible el orden de las cosas
dentro del caos de las infinitas posibilidades
de creación que yacen latentes en el campo
de lo no manifesto; incluyendo, por supuesto,
el equilibrio de los procesos bioquímicos
de cualquier forma de vida, desde una galaxia,
un planeta, una persona o una piedra.