al momento de tu risa esplendorosa,
al instante ardiente de un vino tinto
que resalta el fuego de tus labios.
Todas las mañanas del mundo
me remiten a ti...
son las mañanas que tienen
el brillo de tus ojos,
que se parecen a la ternura de tus manos;
esas mañanas cálidas o frías
me recuerdan inevitablemente
que eres alma y pasión para mis días.