Primavera del alma, primavera florecida que deja un misterioso perfume en nuestra vida.
Primavera del alma, de perpetuo esplendor, que convierte en sonrisa la mueca del dolor.
Primavera de ensueño que nos traza un camino en la intrinca selva donde acecha el destino. Primavera que canta si el huracán la azota y que da nuevo aliento tras de cada derrota.
Primavera magnánima, cuyo verdor feliz rejuvenece el árbol seco hasta la raíz... Amor es la ley divina de plenitud humana; dolor que hoy nos agobia y añoramos mañana...
Eso es amor, y amando, también la vida es eso: ¡Dos almas que se duermen a la sombra de beso!
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