OASIS
Así como un verdor en el desierto, con sombra de palmeras y agua caritativa, quizás será tu amor lo que me sobreviva, viviendo en un poema
después que yo haya muerto.
En ese canto, cada vez más mío, voces indiferentes repetirán mi pena, y tú has de ser entonces
como un rastro en la arena, casi como una nube
que pasa sobre un río...
Tú serás para todos una desconocida, tú, que nunca sabrás
cómo he sabido amarte; y alguien, tal vez,
te buscará en mi arte, y, al no hallarte en mi arte,
te buscará en mi vida.
Pero tú ,no estarás en las mujeres que alegraron un día mi tristeza de hombre:
Como oculté mi amor ,
sabré ocultar tu nombre, y, al decir que te amo,
nunca diré quién eres.
Y dirán que era falsa mi pasión verdadera, que fue sólo un ensueño la mujer
que amé tanto; o dirán que era otra
la que canté en mi canto, otra, que nunca amé ni conocí siquiera.
Y así será mi gloria lo que fue mi castigo, porque,
como un verdor en el desierto, tu amor me hará vivir
después que yo haya muerto, pero cuando yo muera,
¡tú morirás conmigo!
José Ángel Buesa
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