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General: Joven esposa de otro !!
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De: enri pas (Mensaje original) |
Enviado: 01/09/2011 12:57 |
Los amores virtuales son rosas de papel; ámame con las manos, los muslos y la boca; que no ama bien quien habla si al conversar no toca, lejana esposa de otro, devotamente infiel.
Brevería Nº 1286
Joven esposa de otro
La conocía ya, casi la amaba, sin habérselo dicho todavía. Yo era todo una mano que avanzaba, y era un pie que a la vez retrocedía. Joven esposa de quien no era extraño, sentado a veces a mi propia mesa, maniobrando mi mente hacia un engaño que ineludible la mirada expresa. Mas nadie percibió tan sutil huella al fondo de mis ojos, sino ella.
Se mantuvo el silencio. Y aunque a gritos parecía explotar el alma entera, quedaban circunscritos a timidez de inagotable espera.
Temor, temor, despótica coraza, sórdida represión trituradora, amenaza indecisa que rechaza la profesión de fe por la deshora.
Mas la deshora progresó en intento, alzaron su rumor las alusiones, y sucediendo el júbilo al lamento, la palabra quebró sus eslabones.
En la joven esposa brotaron alas, se brindaron manos, la niebla opaca se hizo luminosa y los besos prohibidos más cercanos. Le reventó una aurora en las entrañas que a lanzadas de amor la dejó herida, y un abrazo de sábanas extrañas le pareció la historia de su vida; y en sábanas vibrantes venideras vio trabazón de muslos y caderas.
La conocí mejor, y empecé a amarla; y progresó mi pie sin retroceso, y avanzaron los suyos, y al tocarla, se lo dije por fin, y me dio un beso. Y tanto más me dio que no revelo, tanto me sigue dando todavía, sedosa desnudez, pantera en celo, joven esposa de otro, amada mía.
Los Angeles, 23 de noviembre de 2005
BESAME MUCHO...Musica Instrumental
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De: Alicia |
Enviado: 01/09/2011 16:30 |
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EL OTRO
Señor,
yo soy el otro que también la quería, y vengo a confesarme, porque la culpa es mía.
Ella tuvo la gracia fatal de nacer bella: quien la mira, ya nunca será bueno sin ella.
Me duele soportar que alguno la haya amado, pero hay cosas tan bellas que no tienen pasado; y ella sólo mañana dejará de ser pura: cuando el roce del tiempo desgaste su hermosura.
Ella se me dio toda, como yo me di a ella, ella me dio su flor y yo le di mi estrella; porque de su perfume trascendiendo en mi llama, no quedó un solo beso de los que él me reclama.
Tal vez ella lo quiso, pero él lo dudaría, si la viera en mis brazos tan felizmente mía. Si le viera los ojos al sentirse gozada, cuando todo mi sueño le llena la mirada.
No existe culpa en ella, ni en él, ni en ti Señor; y si es mía,¡bendigo la culpa de mi amor! Hay que ser algo malo si se busca el poder, que domina la tierra sutil de la mujer.
Ni demasiado malo, ni demasiado bueno, enfermé, sin morir, de su dulce veneno. Mi amor es el de un hombre, sencillamente humano, que sueña de limosna, sin extender la mano.
¡Ah! Pero él se redime, sólo a ti te condena, él te arroja su amor, para esquivar su pena. Perdónalo, Señor...
Di quién la merecía, pues yo soy el culpable:
¡ la quiero todavía !
José Ángel Buesa |
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