Los peores insultos se cometen a veces desde la involuntariedad. Nada más lejos de mi intención que faltar al respeto a personas que disfruten de gustos tan dispares a los míos como puedan ser los tatuajes.
Espero pues, que nadie se de por aludido.
A mi los tatuajes se me antojan poco higiénicos e insalubres. Tampoco he logrado nunca descubrirles la parte decorativa de la persona o animal.
En un principio se trataba de una costumbre navegante y marinera, después, penal y carcelaria y ahora se ha convertido en una moda para mí vulgar, insisto, con el debido respeto y sin ánimo de herir sensibilidades. Se trata únicamente de mi humilde opinión.
También conozco un tipo que en un momento de ceguera anímica y hondamente herido porque su paloma se fuera con otro llamado Manolo, se hizo tatuar en el antebrazo: “Manolo hijoputa"
Esto le ha conllevado bastantes disgustos en las playas donde abundan los manolos.
Una vecina aficionada al sexo anal me comentaba el otro día también que hace años cuando se enamoró con frenesí de un tal Arturo se hizo grabar en el culo: “solo tuya Arturo". Meses después se enamoró de otro que se llamaba Felipe, cuando este descubrió la declaración cular de su amada, la dejó de inmediato.
Hacerme caso. Los tatuajes son peligrosos y nada recomendables.