¡Que hermosa creación!

El universo siendo tan inmenso no tiene un fin descrito.  Y Dios, en su grandeza,

 cogió dos estrellas pequeñas y las puso en tus ojos.  Así como el pintor

 tiene destreza con su pincel, Dios con su talento pintó tu hermoso rostro

 con los colores del arco iris.

Así como la rosa tiene su delicadeza y frescura en cada día, Dios, en su chispa, puso la delicadeza de la rosa en tus manos y la frescura en tu cuerpo; Dios, en su gran cariño, le dio un brillo de su alma a tu alma solo por amor; Dios, en su ternura, te regaló el mejor don: de amar con el alma y sentir con el corazón.

Porque Dios le puso el mejor sabor y color a tus labios, que todos desearían tener.  Porque Dios, con cada parte del Cielo, creó tu hermosa figura.  Porque Dios le puso picardía y carisma a tu alma para que se sienta viva cada día.  Porque te rodeó de personas que te quieren y adoran tu forma de ser.

Y Dios, después de hacer una de sus grandes maravillas, ¡que eres tú!, te mando a la Tierra, con el mejor objetivo del mundo: el de hacer feliz a todo aquél que de ti necesite cariño, respeto y amor.  Y en su grandeza te regala lo mejor del mundo: ser amada por aquél que tú quieras.

Porque se ama una sola vez en la vida y eso Dios muy bien lo sabe. Aún así no te vaya bien y sientas que en tu vida tiempo no hay, Él siempre te tiene presente en cada segundo que puedas respirar, en cada minuto que puedas tú amar con toda el alma.

Y Dios, en su gran amor, te regaló hermosos sentimientos que crecen cada día en tu interior y los reflejas en cada espacio de tu vida.  Se siente el amor de Dios que hay en ti en cada paso que das y en cada acción y actitud hacia quienes amas y te rodean.

Eres una bendición de Dios y aunque se levanten grandes muros que quieran impedir que avances y te quieran cerrar las puertas a ser feliz y vivir en paz, recuerda que eres una hermosa creación de Dios y que Él te dará la mano para ayudarte a derribar todas las barreras y todos los muros que no te dejan avanzar.  

Solo ten fe y dialoga con Dios a través de la oración