Llevo mi vida con gran optimismo. La vida es buena.
La vida es buena y hermosa. Cuando miro al mundo con optimismo, mi corazón es ligero, mi sonrisa resplandeciente y mi día está lleno de gozo. En cualquier momento, el cielo puede estar nublado en vez de soleado, mas soy yo quien elige catalogar el clima de “bueno” o “malo”. Aun si las nubes bloquean temporalmente sus rayos, ¡el sol siempre resplandece!
De igual manera, elijo cómo ver las condiciones cambiantes de mi vida. Si surge una enfermedad, sé que la salud es mi verdad fundamental. Detrás de toda experiencia de escasez, confío en que existe una fuente de riqueza en expansión. Busco el bien, afirmo su existencia y tengo fe en que surgirá. ¡Llevo mi vida con gran optimismo!
Un corazón alegre es la mejor medicina; un ánimo triste deprime a todo el cuerpo.—Proverbios 17:22
Los pensamientos se mueven continuamente en mi mente. Hago una pausa y los observo como imágenes en una pantalla. Noto aquellos que son amables, amorosos y creativos. Éstos son la base de la acción positiva en mi vida. Los pensamientos saludables crean hábitos saludables.
Si noto pensamientos hostiles o desalentadores, no les doy el poder de mi atención. Acepto que están allí, pero sé que no son la Verdad. La energía sanadora de Dios alivia cualquier temor detrás del pensar negativo. Afirmo: Abro mi mente a Dios y soy iluminado con ideas divinas. Mis pensamientos crean energía positiva en todos mis asuntos. Al elegir pensamientos amorosos y creativos, veo el bien que éstos producen.
Oraré con el espíritu, pero oraré también con el entendimiento.—1 Corintios 14:15
Los pensamientos se mueven continuamente en mi mente. Hago una pausa y los observo como imágenes en una pantalla. Noto aquellos que son amables, amorosos y creativos. Éstos son la base de la acción positiva en mi vida. Los pensamientos saludables crean hábitos saludables.
Si noto pensamientos hostiles o desalentadores, no les doy el poder de mi atención. Acepto que están allí, pero sé que no son la Verdad. La energía sanadora de Dios alivia cualquier temor detrás del pensar negativo. Afirmo: Abro mi mente a Dios y soy iluminado con ideas divinas. Mis pensamientos crean energía positiva en todos mis asuntos. Al elegir pensamientos amorosos y creativos, veo el bien que éstos producen.
Oraré con el espíritu, pero oraré también con el entendimiento.—1 Corintios 14:15