No estoy sola No estoy sola en absoluto, pensé. Nunca he estado sola. Y ese, por supuesto, es el mensaje de la Navidad. Nunca estamos solos. No lo estamos cuando la noche
es más oscura, el viento es más frío y el mundo asemeja más indiferente. Por esto sigue siendo el tiempo
en que Dios decide.
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