Durante el siglo XVII
se extendió la costumbre
de diseminar tréboles de cuatro hojas
delante de las novias para protegerlas,
pues espantaba los hechos malévolos,
permitiendo que tanto los novios
como los invitados
disfrutasen tranquilos
en ese día tan especial.
Existe también una creencia
popular que afirma
que si lo encuentra una muchacha joven
se casará pronto y muy enamorada