Varios de los beneficios mágicos
que se le atribuyen al trébol de la suerte,
se derivan de sus cuatro hojas.
Era tal el culto
que recibió este número en la antigüedad,
que en la mayor parte de las culturas,
le reservaban para designar a Dios,
por lo que las letras de su nombre eran cuatro,
al igual que los Evangelistas,
los puntos cardinales,
las estaciones del año,
los elementos de la naturaleza,
o las fases de la Luna.