Aprendo, desaprendo, me prendo
como la chispa sobra la paja.
Alumbro
y me extingo en la posibilidad de la vela.
Devoro y calcino
cuando el fuego es mi hambre,
también ilumino el íntimo rincón
de la alcoba. Soy llama
que a sí misma se nombra.
Llamada
y llamarada en un bosque bajo el trueno
soy rayo que ilumina y serpentea
con eléctrica convulsión en la noche
de la sangre y humo que se alzará
de mi sombra como un volcán durmiente
donde bailan las pavesas
LUCA ANDREA
|