Hazles el homenaje de no permitir que nadie
quiera doblegarte y someterte a su voluntad.
Ámate como ellos te han amado y
respétate como el divino sueño de Dios.
Reconoce en cada buen recuerdo
el germen de tu vida y corrige los errores del hoy, podando las hojas muertas del árbol que sostiene tu historia.
Rodéate de luz y sé luz, descansa pero no te dejes caer.
No te dejes vencer por las corrientes
que parecen tan terribles, tan inefables,
no les des mayor atención de la
que debes darle, porque si todo el tiempo
piensas en las contrariedades de la vida,