Entre la tiniebla densa El mundo era negro: nada. Cuando de un brusco tirón -Forma recta, curva forma- Le saca a vivir la llama. Cristal, roble, iluminados, ¡Qué alegría de ser tienen, En luz, en líneas, ser En brillo y veta vivientes! Cuando la llama se apaga, Fugitivas realidades, Esa forma, aquel color, Se escapan. ¿Viven aquí o en la duda? Sube lenta una nostalgia No de luna, no de amor, No de infinito. Nostalgia De un jarrón sobre una mesa. ¿Están? Yo busco por donde estaban. Desbrozadora de sombras Tantea la mano. A oscuras Vagas huellas, sigue el ansia. De pronto, como una llama Sube una alegría altísima De lo negro: la luz del tacto. Llegó al mundo de lo cierto. Toca el cristal, frío, duro, Toca la madera, áspera. ¡Están! La sorda vida perfecta, Sin color, se me confirma, Segura, sin luz, la siento: Realidad profunda, masa