Deciros que la que pone mensajes en la Embajada con el nombre de MIEL , soy yo.
Colaboramos algunas con la Interpool. Me subleva la estafa moral a las mujeres.
Es una trama nigeriana que suplantan identidades.
Operan así:
Los ciberdelincuentes utilizan ese “instinto de cazador” para buscar a sus víctimas en su “hábitat”. Los estafadores se dirigen a las páginas de contactos personales donde saben que encontrarán a sus víctimas.
El primer paso del ciberdelincuente es crearse perfiles falsos en estos sitios de citas e incluso en redes sociales, para dar continuidad a sus “contactos” más allá del lugar del encuentro. Además de crear sus propios “anuncios trampa”, se “trabajan” sus propios falsos perfiles en redes sociales como FACEBOOK donde mostrarán a la persona por quien se quieren hacer pasar.
Lo que está claro es que no sabremos nunca quien se encuentra realmente detrás de esos perfiles, en este caso si podremos afirmar que se trata verdaderamente de una “relación anónima” pudiéndonos llevar una gran desilusión si conociésemos quien se encuentra detrás de todo realmente.
Es a partir de este momento cuando empieza el “particular trabajo” del ciberdelincuente, empleando todas las artimañas posibles, entre las que se encuentran técnicas psicológicas y de Ingeniería Social, empezará a escucharnos, a decir lo que queremos “escuchar” para enamorarnos. ¡COMIENZA LA ESTAFA!
La “relación” ha comenzado, y con ello la estafa. La confianza entre ambos es tan fuerte que se cuentan las intimidades más profundas. Por supuesto el estafador se irá adaptando a su víctima, pueden incluso apoyarse entre varios para dar más credibilidad al engaño no dejando ningún “hilo suelto”, tienen que ser lo más creíbles posible antes de lanzar su solicitud de ayuda para solventar un imprevisto económico y que les coloca en una situación complicada pero que nosotros podremos solventarles, y que será la clave de la estafa.