LA POESÍA:
Acudí a ella cuando mis entrañan se desgarraron,
busqué su mano entre líneas inmaculadas,
Cuando mi alma vibraba,
Y la busqué siempre a duermevela,
Para ser su amante sin reservas.
Cuando miro el horizonte ella me espera,
y entre ternura veo lo que solo ella me enseña…
me mece entre su dulzura, entre lágrimas o pena,
y los escalofríos sólo ella me los arranca
mientras me susurra con sus alas de hada buena.
Sin ella no soy la mujer que tanto sueña,
entre la línea paralela de ver y estar ciega,
porque mientras me guía la mano,
desparramando versos de la vida ésta,
gozo y soy ésta: la más loca y la más cuerda.
Se escapan mis suspiros sintiéndola a ella,
poesía, tú, mi amiga siempre cierta,
compañera de mis noches en vela,
exprimes siempre el veneno de mis venas,
haciéndose letra.
Eres tú, poesía siempre mi más fiel compañera:
que me acaricias cada lágrima,
y besas mi sonrisa traviesa,
yo contigo dibujo miles de primaveras,
y sin ti no soy este corazón que tanto inventa.
Vente conmigo siempre, a mi tinta, a mi letra,
a mi almohada, a la arruga que es tan grosera,
que ya no concibo la vida sin tu divina presencia,
pues contigo soy diosa y no tengo fronteras.
Y a tu lado grito alto y denuncio a las bestias,
contigo casi soy perfecta,
contigo iré al final de mi escalera,
siempre subiendo, aunque me pesen tanto las penas.