¿Has pensado alguna vez que una vela no pierde su brillante poder cuando enciende a otra? La habilidad de compartir su luz sólo es limitada por el tiempo que permanece encendida. Como una vela encendida, cada uno de nosotros puede bendecir un número incalculable de personas gracias a nuestra Luz Interna. Somos capaces de ayudar a muchas personas con nuestro amor y nuestra luz, sin disminuir en la menor manera nuestra Fuente. Cuando menos lo esperamos, con algún gesto o palabra sencilla iluminamos la vida de una persona, y sin perder ni siquiera un poco de nuestra luz. Cuando permitimos que nuestra luz brille a través de nosotros libre e incondicionalmente, somos verdaderamente "la luz del mundo".
La Fuente de nuestra Luz es ilimitada y eterna. como ilimitado es el numero de personas a quien puedes iluminar!!!