Razonando y discerniendo lo anterior, deberemos de saber y entender, que es de suma importancia que nos despojemos de una vez y para siempre de esas vendas espirituales que cubren nuestra mirada interior, lo que nos hace ser ciegos a la verdad que como discípulos de Jesús deberíamos ver para conocerla. Esta ceguera es aumentada por creer en tantas cosas que han desvirtuado nuestra fe cristiana y que nos ha dado un conocimiento que no va de acuerdo en guardar fidelidad a la Palabra de Jesús como verdaderos cristianos, ya que en lugar de afirmarnos en nuestra fe, nos va alejando de ella porque nos ofrecen ideas y conceptos que no son congruentes con ella, por lo que, lo que creemos saber acerca de Jesucristo, no va más allá de lo que aprendimos en alguna Iglesia o denominación cristiana, en la que nos hemos conformado con ser compartidos del fruto espiritual que algunos de sus ministros ya están produciendo, pero no a ser productores de ese Fruto del Espíritu porque no nos aplicamos en la lectura, el estudio, la reflexión, la meditación y el discernimiento en la Palabra de Jesús, y al no aplicarnos en lo anterior, seguimos en la ignorancia del tiempo, del orden y propósito de Dios para el hombre, y seguimos adaptando la voluntad de Dios al criterio y a la voluntad de hombre para no tener cargos de conciencia que nos impida el ser como nosotros queremos ser y que también nos impida poder aplicar nuestro libre albedrío para dar paso a la mente del conocimiento que adquirimos de este mundo, y poder vivir como nosotros queremos vivir, y de ninguna manera, vivir como Dios manda, y al tomar esta decisión, aunque usted no lo crea, seguimos perteneciendo al montón y de ninguna manera a un linaje especial.
Perdón si de alguna manera alguien se siente ofendido, agredido o afectado por lo dicho anteriormente, pero de lo que realmente se trata es de que usted y yo tengamos un conocimiento más profundo de lo que tal vez de alguna manera criticamos o no estamos de acuerdo; crítica en la que nos involucramos muchas veces y que se ha prestado para ser manipulados por personas que creen tener, de acuerdo a sus estudios en los que poco o nada tiene que ver la Palabra de Jesús y por su muy particular forma de ver las cosas, todas las respuestas a nuestras inquietudes personales, pero la verdad, es que se maneja esa información que fluye del conocimiento que domina este mundo para intereses muy particulares, intereses que pueden ir desde el deseo de reconocimiento personal, hasta la obtención de grandes recursos económicos y materiales.
Jesucristo dijo:
“¡Pobres de ustedes maestros de la Ley, que se adueñaron de las llaves del conocimiento! Ustedes no entraron y no dejaron que otros entraran”.
Lucas. 11: 52,
Estas reflexiones no pretenden ser la llave que abra la puerta del conocimiento espiritual de Dios, sino más bien es una invitación para que cada persona que se dice cristiano o creyente de Jesús, se interese por conocer más de Dios a través de la lectura, estudio reflexión y meditación de la Palabra de Jesús, y se decida a utilizar de manera adecuada la llave que le abrirá de par en par la Puerta del Reino de Dios en abundancia en este mundo, y de la vida eterna en el mundo venidero.
Todo esto nos debe de llevar a entender las palabras que Jesús había dirigido antes al pueblo judío:
"Para que ustedes honren al Hijo como honran al Padre, el que no honra al Hijo, no honra al Padre que lo envió.
Juan. 5: 23
Si ponemos la debida atención acerca de lo que quieren decir estas palabras que Jesús dirige a los judíos, y si después lo comparamos con nuestra condición humana, nos daremos cuenta, de que si nosotros, como padres naturales, nombramos a nuestro hijo como único representante nuestro, lo estamos cubriendo con el mismo poder y la misma autoridad e investidura para que tome el control de todo en nuestra empresa, y si así lo declaramos deberá ser reconocido, y todo aquel que no quisiera reconocer ese poder y esa investidura con que cubrimos a nuestro hijo y se negara a aceptarlo, nos ataría a no escucharlos directamente ni a concederles nada de lo que nos pidan, porque tendremos que ser congruentes con la encomienda dada a nuestro hijo, así que, aunque nos entristeciera o preocupara no poder hacer nada, deberemos voltear al otro lado y respetar esa autoridad con que cubrimos a nuestro hijo para que sea cumplida fielmente la encomienda a la que se le envió. Y si nosotros, como simples seres humanos queremos que se respete esa decisión nuestra, intuyamos por un momento cuál será el deseo del Padre Celestial para con su Hijo después de que Cristo confirmó la decisión del Padre con todos los milagros y prodigios que realizó y que seguirá realizando hasta el fin de los tiempos.
Por eso su Palabra dice:
"Y lo que ustedes pidan en mi Nombre lo haré Yo, para que El Padre sea glorificado en su Hijo. Y también si me piden algo en mi Nombre, Yo lo haré."
Juan. 14: 13-14
Esta Palabra confirma lo anterior, en el que Jesús manifiesta una vez mas que él tiene el Poder y la Autoridad que Dios mismo le confirió, lo cual deberemos de respetar y de obedecer con fidelidad si lo que queremos es que el Padre, y por supuesto el Hijo, escuchen nuestras peticiones para que nos sean dadas. ¿Estará usted de acuerdo con eso?