MATEO CAP. 15
Mateo cap. 15: v 1 al v 9
Entonces se acercaron a Jesús algunos fariseos y maestros de la Ley que habían venido de Jerusalén. Y le dijeron: ¿Por qué tus discípulos no respetan la tradición de los antiguos? En efecto, no se lavan las manos antes de comer.
Y ustedes-replicó Jesús - ¿por qué quebrantan un mandamiento de Dios en nombre de sus tradiciones. Pues Dios dijo: Cumple tus deberes con tu padre y con tu madre. Y: el que maldiga a su padre o a su madre debe ser condenado a muerte. En cambio ustedes afirman que un hombre puede decir a su padre o a su madre: No puedo ayudarte porque todo lo mío lo tengo destinado al Templo. En este caso, según ustedes, esta persona queda libre de sus deberes con su padre y su madre. Y así ustedes han anulado la orden de Dios en nombre de sus tradiciones.
¡Hipócritas! Isaías profetizó exactamente de ustedes, cuando dijo: Este pueblo me honra con la boca, pero su corazón está lejos de mi. El culto que me rinden no sirve de nada, y sus enseñanzas no son más que mandatos de hombres.
ENSAYO:
Si alguien que se dice religioso nos critica por querer enseñar a cumplir los mandatos de Jesús con fidelidad, le podremos replicar: ¿Quienes son los que en lugar de seguir fielmente los mandatos y enseñanzas de Jesús para saber separar las cosas espirituales de Dios de las cosas materiales del mundo, han preferido seguir tradiciones, enseñanzas y mandatos de hombre y mostrarse fieles a todo ello en lugar de ser fieles a la voluntad de Dios a través de la enseñanza de Jesús?
Por lo tanto, ¿de quienes hablaba Jesús citando la profecía de Isaías cuando dijo: Este pueblo me honra con la boca, pero su corazón está lejos de mi. El culto que me rinden no sirve de nada, y sus enseñanzas no son mas que mandatos de hombre.
Mateo cap. 15: v 10 al v 20
Después, Jesús hizo acercarse a la gente y les dijo: Escuchen y entiendan: Lo que entra por la boca no hace impuro al hombre, pero si mancha al hombre lo que sale de su boca.
Entonces los discípulos se acercaron y le dijeron: ¿Sabes que los fariseos se escandalizan al oírte hablar así? Jesús respondió: Toda planta que no haya plantado mi Padre Celestial será arrancada de raíz. ¡Déjenlos! Son ciegos que guían a otros ciegos. Y si un ciego guía a otro ciego, los dos caen en un hoyo.
Pedro, tomando la palabra, le dijo: Explícanos esta comparación. Jesús le respondió; ¿Ni siquiera ustedes son capaces todavía de entender esto? ¿No comprenden que todo lo que entra por la boca va a parar al vientre y después sale del cuerpo, mientras que lo que sale de la boca viene del corazón, y eso es lo que hace impuro al hombre?
En efecto, del corazón proceden los malos deseos, asesinatos, adulterios, inmoralidad sexual, robos, mentiras, chismes. Estas son las cosas que hacen impuro al hombre; pero comer sin lavarse las manos, eso no hace impuro al hombre.
ENSAYO:
Como vemos, lo que verdaderamente mancha al hombre es lo que sale de su boca, por eso estemos muy atentos para saber si lo que estamos aprendiendo y anunciando de la enseñanza de Jesús es la voluntad de Dios o es la voluntad de hombre, porque si es esto último y no lo vemos o no queremos verlo, seremos como ciegos que guiarán a otros ciegos, y al hacerlo, caeremos todos juntos en un hoyo, del que sólo podrá salir quien se de cuenta de la verdadera enseñanza de Jesús y se esfuerce por ser fiel a ella como la voluntad de Dios.
Mateo cap. 15: v 21 al v 28
Jesús se apartó a la región fronteriza con Tiro y Sidón. Pues bien, una mujer cananea, que había salido de esos territorios, lo fue a ver y se puso a gritar: Señor, hijo de David, ten compasión de mi: mi hija es atormentada por un demonio. Pero Jesús, no le contestó ni una palabra. Entonces sus discípulos se acercaron y le dijeron: Despáchala, mira como grita detrás de nosotros.
Jesús contestó: No fui enviado sino a las ovejas perdidas del pueblo de Israel.
Pero la mujer se acercó a Jesús y, arrodillándose ante él, le dijo: Señor, socórreme Jesús le contestó: No se debe echar a los perros el pan de los hijos. Es verdad, Señor, contestó la mujer, pero los perritos comen las migas que caen de la mesa de sus patrones. Entonces Jesús le contestó: Mujer, ¡que grande es tu fe! Que se cumpla tu deseo. Y en ese momento quedó sana su hija.
ENSAYO:
Como podemos apreciar, Jesús fue enviado primero a salvar a las ovejas perdidas del pueblo de Israel, sin embargo, la fe mostrada por la gente de otros pueblos que se han atrevido a dejar los territorios de cosas mundanas para acercarse a Jesús y solicitar ayuda, hizo que él se acercara a ellos para que les sea cumplido lo que han pedido al demostrar tanta fe.
Por eso, deberemos dejar atrás tradiciones y mandatos de hombre para dedicar tiempo y esfuerzo en el discernimiento de la enseñanza que Jesús, para que nuestra fe sea aumentada, y tener la confianza y la certeza de que Jesús hará que sean cumplidos los pedimentos que le hagamos para sanar nuestras enfermedades y dolencias físicas y mentales y de las personas que intercedamos por ellas.
Mateo cap. 15: v 29 al v 39
Desde allí pasó Jesús a la orilla del mar de Galilea y, subiendo a un cerro, se sentó en ese lugar. Un pueblo muy numeroso se acercó a él, trayendo mudos, ciegos, cojos, mancos y personas con muchas otras enfermedades. Los pusieron a sus pies y él los sanó. Al ver que los mudos hablaban, que los cojos andaban y que los ciegos veían, todos se quedaron asombrados, por lo que daban gloria al Dios de Israel.
Jesús reunió a sus discípulos y les dijo: Me da compasión este pueblo, hace tres días que me siguen y no tienen que comer. Y no quiero despedirlos en ayunas porque se desmayarían en el camino. Pero sus discípulos le respondieron: ¿Y dónde hallaremos bastantes panes en ese desierto para alimentar a tanta gente? Jesús les dijo: ¿Cuántos panes tienen? Respondieron: siete y algunos pescaditos.
Entonces, Jesús mandó a la gente que se sentara en el suelo.
Y él, tomando los siete panes y los pescaditos, da gracias a Dios. En seguida los parte y los da a sus discípulos y éstos los reparten al pueblo.
Todos comieron hasta saciarse y llenaron siete cestos de los pedazos que sobraron. Los que comieron fueron cuatro mil hombres sin contar las mujeres y los niños. Después, Jesús despidió a la muchedumbre, subió a la barca y pasó a la región de Magadán.
ENSAYO:
Esto que acabamos de ver debería hacernos reflexionar para saber que así como los apóstoles aún después de haber presenciado y participado de la primera multiplicación de los panes se olvidaron de ello y tuvieran dudas de que este prodigio se repitiera, así muchos de nosotros que hemos recibido verdaderos milagros en nuestro diario vivir no acabamos de convencernos del poder que Dios otorgó a Jesús y nos olvidamos de ello, pero como la misericordia del Padre es para siempre, que a pesar de nuestras frecuentes dudas y olvidos, Él estará siempre presente a través de la enseñanza de Jesús para perdonar a todo aquel que se arrepienta de ello y reciba el alimento de su Palabra en todo tiempo y en todo lugar como la voluntad de Dios.