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General: Ensayo en el disc. del Evangelio según San Mateo cap. 22
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Respuesta  Mensaje 1 de 2 en el tema 
De: Hermano Cristiano  (Mensaje original) Enviado: 09/02/2017 03:13
MATEO CAP. 22
Mateo cap. 22: v 1 al v 14
Jesús siguió poniendo ejemplos:
Pasa en el Reino de los Cielos lo que le sucedió a un rey que celebró las bodas de su hijo. Mandó a sus servidores a llamar a los invitados a las bodas, pero éstos no quisieron venir.
Por segunda vez despachó a otros criados, con orden de decir a los invitados: Tengo listo el banquete, hice matar terneras y otros animales gordos y todo está a punto; vengan, pues, a las bodas. Pero ellos no hicieron caso, sino que se fueron, unos a sus campos y otros a sus negocios. Los demás tomaron a los criados del rey, los maltrataron y los mataron.
El rey se enojó y, enviando a sus tropas, acabó con aquellos asesinos y les incendió la ciudad. Después dijo a sus servidores: El banquete de bodas está preparado, pero los que habían sido invitados no eran dignos. Vayan, pues, a las esquinas de las calles y conviden a la boda a todos los que encuentren.
Los criados salieron inmediatamente a los caminos y reunieron a todos los que hallaron, malos y buenos, de modo que la sala quedó llena de invitados.
El rey entró después a ver a los que estaban sentados a la mesa, y se fijó en un hombre que no estaba vestido con traje de fiesta. Y le dijo: Amigo, ¿cómo entraste aquí sin traje de fiesta? Pero el otro se quedó callado. 
Entonces el rey dijo a sus servidores: Amárrenlo de pies y manos y échenlo fuera, a las tinieblas, donde no hay sino llanto y desesperación.
Sepan que muchos son los llamados, pero pocos los escogidos.
ENSAYO:
Esto que Jesús dijo a los maestros de la Ley y a los fariseos, al rechazar la invitación que él les hizo para participar del año primero de la gracia del perdón de Dios a través de su enseñanza para entrar en su Reino, ocasionó, que esta invitación nos fuera extendida a nosotros para disfrutar del banquete que es su cuerpo, y del vino nuevo que es su sangre, para que de acuerdo a la disciplina que mostremos para guardar fielmente su Palabra, estar siempre vestidos con el ropaje adecuado para no ser separados de tan exquisito banquete, porque recordemos, muchos son los llamados, pero pocos los escogidos.
Mateo cap. 22: v 15 al v 22
Los fariseos hicieron consejo para ver el medio de hundir a Jesús con sus propias palabras. Le enviaron, pues, discípulos suyos junto con algunos partidarios de Herodes.
Estos le dijeron: Maestro, sabemos que hablas siempre con sinceridad y que enseñas el camino de Dios de acuerdo con la más pura verdad; no te preocupas de quién te oye ni te dejas influenciar por él. Danos, pues, tu parecer: ¿está permitido o no pagar el impuesto al César?
Jesús comprendió su maldad y les contestó: Hipócritas, ¿por qué me ponen trampas? Muéstrenme la moneda con que se paga el impuesto.
Ellos, pues, mostraron un denario, y Jesús les dijo: ¿De quién es esta cara y el nombre que está escrito? Contestaron: Del César. Entonces Jesús replicó: Por tanto, den al César lo que es del César, y a Dios lo que a Dios corresponde.
Con esta respuesta quedaron muy sorprendidos. Lo dejaron y se fueron.
ENSAYO:
Una vez más Jesús nos recuerda que él vino a enseñarnos a separar lo material de lo espiritual para no volver a cosas y tiempos que ya pasaron, dejando en claro, que debemos cumplir con la obligaciones tributarias propias del hombre, y no ser confundido para hacer de esta obligación parte fundamental para cumplir con las cosas de Dios, porque Dios es Espíritu y no materia. Así es que, démosle a Dios lo que es de Dios y al hombre lo que del hombre es.
Mateo cap. 22: v 23 al v 33
Ese mismo día vinieron a él algunos de los saduceos. Estos no creen en la resurrección de los muertos y, por eso, le propusieron este caso:
Maestro, Moisés dijo que si alguno muere y no tiene hijos, su hermano debe casarse con la viuda para darle un hijo, que será el heredero del difunto. Sucedió que había entre nosotros siete hermanos. Se casó el mayor y murió, y como no tenía hijos, dejó su mujer a su hermano. Lo mismo pasó con el segundo y el tercero, hasta el séptimo. Y, después de todos ellos, murió también la mujer. Ahora bien, cuando venga la resurrección de los muertos, ¿de cuál de los siete hermanos será esposa esta mujer, ya que lo fue de todos?
Jesús contestó: Ustedes andan muy equivocados, al no entender ni las Escrituras ni el poder de Dios. Porque, primeramente, en la resurrección de los muertos, ni los hombres ni las mujeres se casarán, sino que serán como ángeles en el Cielo.
Y, en cuanto a la resurrección de los muertos, ¿no se han fijado en esto que Dios les ha dicho: Yo soy el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob? Dios no es Dios de muertos sino de vivos.
El pueblo que lo oía estaba asombrado de sus enseñanzas.
ENSAYO:
Recordemos que la obligación de casarse con la esposa de un hermano muerto y que no tuvo hijos con ella, es cosa del pasado, es cosa de la Ley que los esclavizaba a la tradición de tener un hijo primogénito que heredara sus bienes y sus tradiciones para darle continuación a su linaje.
Esta Ley no es válida en nosotros, porque para pertenecer al linaje santo de Jesús no es por medio de la carne ni de la sangre, sino por medio del Espíritu que nos da vida nueva en Jesús al guardar y enseñar a cumplir fielmente su enseñanza como la voluntad de Dios, y eso nos hace ser hijos de Dios y herederos de todo lo suyo, por lo que también somos dueños de todo lo que existe, porque somos de Cristo, y Cristo es de Dios, y como él es un Dios de vivos, él nos da vida nueva en Cristo para producir Fruto Espiritual porque hemos dejado de estar condenados a la muerte eterna, ya que no nos dejaremos seducir para producir frutos materiales despreciando el producir el fruto del Espíritu.
Mateo cap. 22: v 34 al v 40
Los fariseos vieron cómo Jesús había dejado callados a los saduceos y se pusieron de acuerdo para juntarse con él. Uno de ellos, un maestro de la Ley, trató de probarlo con esta pregunta: Maestro, ¿cuál es el mandamiento más importante de la Ley? 
Jesús le respondió: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el primero y más importante de los mandamientos. Y después viene otro semejante a éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Toda la Ley y los profetas se fundamentan en estos dos mandamientos.
ENSAYO:
Todos los que se sientan agredidos por las palabras anteriores, será porque aun no se han permitido reflexionar y meditar a profundidad en el mandato más importante de la Ley que dice: "Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente." Y después viene éste: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo." Porque toda la ley y los profetas se fundamentan en estos mandamientos.
Veamos: al decir, con todo tu corazón, se está refiriendo a los tesoros espirituales que se guardan dentro de él en el cuerpo. Con toda tu alma; Para que dispongas este espacio espiritual que une el mundo espiritual de Dios con el mundo material del hombre para recibir lo que de Dios es. Con toda tu mente; Para que tu libre albedrío libere tu inteligencia hacia las cosas espirituales de Dios y las recibas abundantemente para su honra, gloria y alabanza.
Y después; Amar a tu prójimo como a ti mismo, es decir, se agradecido con quién te brinda su ayuda desinteresadamente y ámalo con todo tu ser y estar pronto a responder de la misma manera a tus semejantes y convertirte en prójimo de ellos al ser cautivado en la obediencia al orden y propósito de Dios.
Mateo cap. 22: v 41 al v 46
Mientras estaban allí reunidos los fariseos, Jesús les preguntó: ¿Que piensan de Cristo? ¿De quién debe ser hijo? Contestaron: Será hijo de David
Jesús agregó esta otra pregunta: ¿Cómo entonces David, inspirado por Dios, llama al Cristo su Señor? Pues dice en un salmo: El Señor ha dicho a mi Señor, siéntate a mi derecha hasta que ponga a tus enemigos bajo tus pies.
Si David lo llama Señor, ¿cómo entonces es hijo suyo? Pero nadie pudo contestarle ni una palabra. Desde ese día no hubo quien se atreviera a hacerle más preguntas.
ENSAYO:
Por lo anterior, ningún creyente debe de poner en tela de duda que Jesús es el Unigénito de Dios, el Cristo, el Mesías, el Ungido, que se hizo carne para enseñar al hombre la manera de renacer al Espíritu en el orden y propósito de Dios.


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Respuesta  Mensaje 2 de 2 en el tema 
De: alicia53 Enviado: 09/02/2017 20:49
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