Las crisis personales son extraordinarias oportunidades para crecer
y esto es posible cuando reconocemos nuestro papel
protagonista en dichos sucesos,
cuando tenemos la capacidad de absorber
nuestros propios errores,
cuando esto sucede somos victoriosos de la crisis,
la adversidad se convierte en buenaventura,
el fracaso en sabiduría,
el error en luz,
y entonces
estaremos listos para seguir avanzando.
03/16/2017