JUAN CAP. 14
Juan cap. 14: v 1 al v 7
No se turben, ustedes creen en Dios, crean también en mi. En la casa de mi Padre hay muchas mansiones, y voy allá a prepararles un lugar (si no fuera así no se lo habría dicho). Pero, si me voy a prepararles un lugar, es que volveré y los llevaré junto a mi, para que, donde yo estoy, estén también ustedes.
Para ir a donde yo voy, ustedes saben el camino. Tomás le dijo: Señor, no sabemos a dónde vas, ¿cómo vamos a conocer el camino? Jesús contestó: Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie viene al Padre sino por mi. Si me conocen a mi, también conocerán al Padre. Desde ya ustedes lo conocen y lo han visto.
ENSAYO:
Pero no debemos turbarnos, ya que nosotros que creemos en Dios, creemos en Jesús como dicen las Escrituras del Antiguo y Nuevo Testamento, y a través de esa enseñanza que el Padre le encomendó transmitirnos, vamos haciendo a un lado poco a poco todo lo que está siendo obstáculo para seguirlo en lo espiritual, y vamos quitándole valor a las cosas de este mundo para colocar su esencia espiritual sobre todas las cosas materiales y sobre tradiciones religiosas, y haciendo estas cosas, estaremos buscando primeramente el Reino de Dios y su Justicia a través de guardar y enseñar a cumplir la Palabra de Jesús, y todo lo demás vendrá por añadidura en el orden y propósito de Dios. Entre tanto Jesús, se va a prepararnos un lugar en la casa del Padre, para que cuando él vuelva nos lleve para estar junto a él.
Para ir a donde él está conocemos el camino, y ese camino es Jesús y su Palabra, guardándola y enseñándola a cumplir fielmente como la voluntad de Dios sin desviarse ni a la derecha ni a la izquierda, y mucho menos acomodarla al libre albedrío humano para conocer la verdad y así conocer al Padre, porque nadie llega al Padre sino a través de la fidelidad en Jesús y su Palabra, y todo aquel que lo haga respetando la voluntad de Dios lo conocerá, y aquel que conoce a Jesús de acuerdo a su Palabra, conocerá también al Padre.
Juan cap. 14: v 8 al v 11
Felipe le dijo: Señor, muéstranos al Padre y eso nos basta. Jesús respondió: Hace tanto tiempo que estoy con ustedes ¿y todavía no me conoces, Felipe? El que me ha visto a mi ha visto al Padre. ¿Cómo, pues, dices: Muéstranos al Padre? ¿No crees que yo estoy en el Padre, y que el Padre está en mì?
Las palabras que les he dicho no vienen de mi: el Padre, que está en mi, es el que hace sus obras. Créanme, yo estoy en el Padre, y el Padre está en mi; al menos créanlo por esas obras.
ENSAYO:
Habrá quienes aún no se les haya mostrado el Padre porque aún no se ha entendido el mensaje espiritual de la Palabra de Jesús, y lo mismo que Felipe le pide a Jesús, muchos se lo seguiremos pidiendo, porque muy dentro de nuestra mente aún no hemos sentido verdaderamente una comunión fluida, estrecha, poderosa y continua con él, por lo que Jesús nos hace saber, que si queremos conocer al Padre deberemos conocerlo primero a él, y para que esto sea una realidad en nosotros, deberemos estudiar, reflexionar y meditar profundamente en su Palabra, que como Jesús dice, no es de él sino del Padre que lo envió, por eso él está en el Padre y el Padre en él, y las obras que el hace son hechas por el Padre que está en él, y al menos deberíamos creerle por esas obras.
Juan cap. 14: v 12 al v 17
Ahora me toca irme al Padre, pero les digo: el que cree en mi hará las mismas cosas que yo hago, y aún hará cosas mayores. Y lo que ustedes pidan en mi Nombre, lo haré yo, para que el Padre sea glorificado en su Hijo. Y también, si me piden algo en mi Nombre, yo lo haré.
Si ustedes me aman, guardarán mis mandamientos, y yo rogaré al Padre y les dará otro intercesor que permanecerá siempre con ustedes. Este es el Espíritu de Verdad, que el mundo no puede recibir porque no lo ve ni lo conoce. Pero ustedes saben que el permanece con ustedes, y estará en ustedes.
ENSAYO:
Sabemos que Jesús debe de ir al Padre, y todo aquel que cree en él como dice la Escritura del Antiguo y Nuevo Testamento guardando y enseñando a cumplir su enseñanza, será receptor del poder que el Padre depositó en él y podrá hacer las cosas que él hace, y aún, hará cosas mayores, ya que todo lo que le pidamos al Padre en el Nombre de Jesús creyendo que ya lo hemos recibido, él lo hará para que el Padre sea glorificado en su Hijo, y también si algo le pedimos a Jesús en su Nombre, él lo hará.
Si verdaderamente amamos a Jesús seremos completamente fieles a su enseñanza guardando su Palabra sin adulterarla, es decir: sin mezclarla o combinarla con adornos y pensamientos de humana sabiduría o en tradiciones religiosas o normas y enseñanzas y mandatos de hombre, o enseñanzas de otros tiempos o doctrinas diferentes a la fe cristiana, mezcla que solamente a servido para acomodar su Palabra a los tiempos en que las cosas de hombre han cambiado, y que muchos, a través de seguir estas costumbres lo han llegado a considerar como la forma verdadera de aplicar su Palabra, pero si escudriñamos las escrituras veremos que lo anterior, en lugar de acercarnos al Reino y la misericordia de Dios, lo que está haciendo realmente es el de alejarnos poco a poco de ello.
Si nos resistimos a todo lo que no es espiritual en la enseñanza de Jesús, él rogará al Padre por nosotros y nos dará otro intercesor para que permanezca siempre en nosotros como permanece en él. Este será el Espíritu de verdad, es decir: el Espíritu Santo en persona que nos fortalecerá en gran manera para guardar y enseñar a cumplir fielmente la Palabra de Jesús. Espíritu que no podrá recibirlo quién no sea fiel a Jesús y su Palabra como la voluntad de Dios, lo que ha hecho que muchos no lo puedan ver ni conocer realmente.
Pero sabemos que él Espíritu Santo estará junto a quienes perseveremos en guardar verdaderamente la Palabra de Jesús, para que a su tiempo no sólo esté junto a nosotros, sino que esté en nosotros como parte integral de nuestra condición espiritual en la imagen y semejanza de Dios.
Juan cap. 14: v 18 al v 26
No los dejaré huérfanos sino que vengo a ustedes. Dentro de poco el mundo ya no me verá, pero ustedes me verán, porque yo vivo, y ustedes también vivirán.
En ese día ustedes comprenderán que yo estoy en mi Padre, y que ustedes están en mi, y yo en ustedes.
El que conoce mis mandamientos y los guarda es el que me ama. Y mi Padre amará al que me ama a mi, y yo también lo amaré y me mostraré a él.
Judas, (no el Iscariote) le preguntó: Señor, ¿por qué hablas de mostrarte solo a nosotros y no al mundo? Jesús respondió: Si alguien me ama, guardará mis palabras y mi Padre lo amará y vendremos a él para hacer nuestra morada en él. El que no me ama no guarda mis palabras, pero mi palabra no es mía, sino del Padre que me envía.
Les he hablado mientras estaba con ustedes. En adelante el Espíritu Santo Intérprete, que el Padre les enviará en mi Nombre, les va a enseñar todas las cosas y les recordará todas mis palabras.
ENSAYO:
Cuando Jesús dice que dentro de poco el mundo no lo verá, se refiere a todo aquel convertido que no ha querido o no ha sabido guardar con fidelidad su Palabra por guardar fidelidad a sus autoridades religiosas. Pero quien se encuentra unido a Jesús guardando y enseñando a cumplir con fidelidad su Palabra contenida en el Nuevo Testamento, no será dejado de la mano de Jesús porque sabe y comprende el por qué él está en el Padre y sus verdaderos discípulos en él, por eso, el que ama a Jesús conoce y guarda sus mandamientos, y quién así demuestra su amor por él, el Padre lo amará y Jesús también lo amará y siempre estará en el que lo ama y estará siempre presente en su vida.
Si guardamos y enseñamos a cumplir su Palabra con fidelidad aceptando y recibiendo así la voluntad de Dios, le estaremos demostrando nuestro amor a Jesús, y el Padre nos amará porque obedecemos su voluntad sin adulterarla de ninguna manera, y en quien así obedece, vendrá el Padre y vendrá Jesús y harán su morada en él, pues quien ama a Jesús guarda fielmente su Palabra, pero el que no ama a Jesús, no guarda fielmente su Palabra sin reconocer que la Palabra no es de él, sino del Padre que lo envía.
Hemos sido participados de todo esto a través de la reflexión y meditación de su Palabra, para que cuando estemos listos, podamos recibir al Espíritu Santo intérprete que el Padre enviará a todo el que ame a Jesús guardando su Palabra y enseñarle las cosas en su nivel espiritual, y le recordará todas las palabras de Jesús para enseñarle el verdadero significado del pensamiento de Dios y no el significado de las cosas y pensamientos de hombre.
Juan cap. 14: v 27 al v 31
Les dejo la paz, les doy mi paz. La paz que yo les doy no es como la que da el mundo. Que no haya en ustedes ni angustia ni miedo.
Ya han oído lo que les dije: Me voy, pero vengo a ustedes. Si ustedes me amaran, se alegrarían de que voy al Padre, pues el Padre es mayor que yo.
Les digo estas cosas antes que sucedan, para que, cuando sucedan, ustedes crean. Ya no hablaré con ustedes, porque se acerca el amo de este mundo. En mi no hallará nada que le pertenezca; más bien con eso conocerá el mundo que yo amo al Padre y hago lo que el Padre me encomendó. ¡Levántense, salgamos de aquí!
ENSAYO:
Jesús se va para que el Espíritu Santo intérprete anide en nosotros, pero él regresará, mientras tanto nos deja la paz, esa paz que nos permitirá disfrutar del Reino de Dios en este mundo y la vida eterna en el mundo venidero, por lo que no debemos permitir que las inquietudes, los miedos, las contiendas, las frustraciones, las enfermedades, envidias, egoísmos, angustias, etc. florezcan en nuestra vida cotidiana en nuestras familias y fuera de ella, y nos vuelvan a introducir de donde ya hemos sido sacados. Así, que si verdaderamente creemos en Jesús y su Palabra aceptando la voluntad de Dios, hagamos nuestras las promesas que Dios le encomendó transmitir a toda la humanidad, y por ese inmenso amor que le tenemos, alegrémonos de que va al Padre para que podamos introducirnos al significado espiritual de su enseñanza acatando la voluntad del Padre, pues el Padre es mayor que él y él obedece su voluntad.
Jesús nos hace saber estas cosas antes de que sucedan, para que cuando seamos introducidos a la verdad de su Palabra, creamos en verdad en Dios, y cuando el Tentador se acerque queriendo robarnos la paz, podamos resistirnos a sus maquinaciones y nos levantemos unidos a Jesús y a Dios en el Espíritu Santo bien fortalecidos en la verdad de su Palabra, para que Satanás no encuentre nada en nosotros que le pertenezca así como no encontró nada en Jesús, y a través de esa fortaleza el mundo conozca que amamos a Jesús y amamos al Padre al guardar y enseñar a cumplir su Palabra como la voluntad de Dios.