Era una mañana cualquiera cuándo sorprendido fui
con un abrazo inocente que deseaba nunca acabara
pero al instante mis piernas de allí me hicieron huir
no entendía la maraña, me decía que pensará…
Mi mente ya estremecida comenzaba a discurrir
que le pasa a mis entrañas, parece no acabará
esta hermosa emoción que me hace sonreír
le escribo sin ilusiones, haciendo el tonto creí...
Sorpresa mayor la mía, su respuesta a mí llegaba
mi corazón se alegraba, sin saber cómo latir
pronto lo aprendería cuándo al volver la encontrara
de nuevo nos encontramos para en nubes blancas subir
viajamos de puerto en puerto, dos que se amarán por siempre
para en una hermosa isla, su amor... Vivir.
Desconozco el autor