El nacimiento de Jesucristo fue así… Mateo 1:18
La Navidad es mucho más que regalos y adornos artificiales. La Navidad nos recuerda el evento más importante en la historia: el nacimiento de Jesús, el Niño de Belén.
La Navidad es el tiempo en que celebramos cómo Dios interviene en la realidad humana a través de su Hijo Jesús, trayendo perdón y paz a un mundo destrozado por la maldad. Ese Niño de Belén es nuestra única esperanza de vivir en amor con Dios y con nuestro prójimo, y la certeza de una vida eterna después de la muerte. ¡Esa es la verdadera celebración de la Navidad!
No hay amor más grande y profundo que el que Dios nos muestra. Dios, nuestro Creador, envió a su Hijo amado para nacer como uno de nosotros y habitar entre nosotros, en la pobreza de un pesebre, aún cuando él es el Señor del universo. Jesús vino para vivir, sufrir, morir y resucitar, y así darnos vida en abundancia.
Por eso, esta época nos permite palpar lo íntimo del corazón de Dios. Jesucristo nos trae perdón, paz, gozo y la certeza de conocer la verdad. Gracias a él podemos tener esperanza en nuestro hogar, y podemos vivir confiados en su amor. Gracias a Jesucristo podemos vivir con el entusiasmo y la dedicación de confiar en Dios, amar a otros y vivir en paz.
Nuestro pasado, con tantos errores y fracasos, ha sido perdonado. Nuestra vida adquiere un nuevo propósito. Los desafíos del presente son más livianos y superables. Nuestro futuro brilla con esperanza. ¡Celebremos, entonces, la bondad de Dios!
ORACIÓN: Amado Dios, por tu Espíritu Santo abre nuestros oídos a tu Palabra, nuestra vida a tu amor, nuestra mente a tu perdón, nuestra existencia a tu paz, y nuestro hogar a tu presencia. Amén.
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