Me he dado cuenta de que hay alguien que me ha estado esperando durante mucho tiempo. Ese alguien soy yo. Ya es hora de darme la oportunidad de sonreír y de dejar de correr detrás de alguien que no quiere ser alcanzado y que solo muestra indiferencia.
Dicen que lo contrario del amor no es el odio, sino la indiferencia. Dicen que esta mata el cariño, que no se debe ser perezoso con lo que se ama, que la indiferencia es el peor castigo y que constituye un verdadero desatino descuidar aquello que amamos.
No es bueno correr detrás de alguien que ya sabe donde te encuentras. Eso te desgasta, te merma, te destruye, te hace daño, te duele… No podemos permitir que el menosprecio de la ausencia de interés nos atormente. Valemos mucho más de lo que creemos.
Dicen que no existe la falta de tiempo, que existe la falta de interés, porque cuando la gente realmente quiere, la madrugada se vuelve día, martes se vuelve sábado y un momento se vuelve oportunidad.Compartir
Quien te quiera, que te busque
No te sacrifiques por quien no lo haría por ti, solo obtendrás a cambio indiferencia. Mejor dicho, no te sacrifiques por nadie porque quien bien te quiere no te reclama si tiene conciencia de que sus peticiones causarán dolor o desventaja en tu vida.
Deja de insistir y de golpear aquellas puertas que no quieren abrirse para ti. El cariño no puede soportar a la indiferencia, están reñidos por toda la eternidad y sin posibilidad de reconciliación.
El cariño no es algo que deba suplicarse. Por eso tenemos que trabajar nuestra dignidad, resurgir y dejar de esperar que los milagros afectivos sucedan.Compartir
Mi madre solía decir que el amor nunca se malgasta, aunque no te lo devuelvan en la misma medida que mereces o deseas.
-Déjalo salir a raudales -decía-. Abre tu corazón y no tengas miedo de que te lo rompan. Los corazones protegidos, acaban convertidos en piedra.
“El café de los corazones rotos” – Penelope Stokes.
Esto quiere decir que aunque tengamos malas experiencias, aunque sintamos que se han aprovechado de nosotros, que no nos han sabido corresponder o que ha primado el egoísmo en aquellos que nos rodean, no tenemos que tirar la toalla.
Es decir, que en cualquier momento y en cualquier lugar podremos encontrar la reciprocidad y cultivar relaciones saludables. Dar amor siempre tiene sentido, no es algo que tal cual compartimos, perdemos.
Lo que ocurre es que dar mucho y recibir poco también cansa. Así que la clave está en no poner todas nuestras esperanzas y expectativas en un sentimiento, pues este puede no ser correspondido y, como consecuencia, poner patas arriba nuestra vida.
Lo que tenga que llegar llegará de un momento a otro, pero no como un pago por nuestras acciones, sino como una situación natural de la vida.Compartir
La ausencia de reciprocidad y de gratitud
Hay relaciones de pareja y de amistad que están abocadas al fracaso debido a la total ausencia de gratitud y de reciprocidad. Esto es simple, para mantener un sentimiento vivo hay que trabajarlo, prestarle atención y regalarle momento.
No obstante, debemos tener cuidado y no sobrepasarnos en exigencias. ¿De verdad necesitamos que nuestra pareja nos dedique cada segundo de su tiempo y cada pensamiento?
“Para amar hay que emprender un trabajo interior que solo la soledad hace posible”Compartir
Ignora a aquellas personas que no te dan importancia
Para ser felices tenemos que aprender a ignorar a aquellas personas que nos castigan con la indiferencia y que nos hacen cuestionarnos nuestra valía personal y social. Así que debemos plantearnos cómo generar distancia emocional, cómo buscar oxígeno y contar hasta tres cuando nos cruzamos con ellas.
Cada uno de nosotros tendrá diferentes vías de escape para respirar aire psicológico y así saludar a sus emociones, a su sensibilidad, a su autorrespeto y a su amor propio.Compartir
Para esto tenemos que reflexionar, echar fuera la frialdad de quien manifiesta poco interés por nuestros sentimientos y nos hace sentir menospreciados. De esta manera lograremos rodearnos de toda esa gente emocional que nos hace sentir que el mundo es un buen lugar.
Así, liberados de todo lo que nos aprisiona, podemos dar luz verde a la vida y permitirle que nos sorprenda sin dañarnos. Por eso, no esperes nada de nadie, espéralo todo de ti, pues el resto llegará cuando menos te lo esperes.
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