NO TE ARREPIENTAS MAÑANA
La vida es un cofre lleno de sueños.
Un día decides abrirlo
y te encuentras a las puertas
de un mundo desconocido,
de un mundo desconocido,
donde la verdad te produce sonrisas,
o lágrimas amargas como el deseo mismo
y sigues allí,
envuelto en el destino,
sin saber que será de ti.
Deshojando suspiros cubiertos de anhelos
que se incrustan en las memorias del tiempo,
aventurando horizontes que surgen en cascada
entre los telares de la duda,
colgando de estrellas que perdieron su norte,
o de abriles que no dieron sus trinos,
pero allí,
anclado a un deseo mortal
que quema en el pecho,
a un mañana incierto cuyo sol aún no brilla
y a un pensamiento errado de que somos eternos.
Pero no…
La vida es una rueda que gira en el silencio.
Un molino que tritura nuestras carencias.
Una esperanza convertida en miles de fraciones
llamadas segundos.
Segundos que llenan bolsillos rotos.
Segundos que alimentan almas en espera.
Segundos que regalan sonrisas,
o recogen lágrimas
de ausencia.
Segundos.
Una vida hecha de únicos segundos.
Irrepetibles.
Canjeables segundo a segundo.
No intercambiables
ni con derecho de endoso.
Así es la vida.
Un obsequio hecho exclusivamente para ti
y en este ajetreo en que tratamos de ocultar los sueños
o los colgamos en la puerta sin saber si tendremos tiempo,
Solo tú tienes el poder para mantener el cofre abierto.
Solo tú eres el dueño,
de cada segundo de vida en este mundo incierto.
Vívelo tan plenamente que no te arrepientas
de estar,
quizás,
mañana muerto.
mañana muerto.