porque mi debilidad es mi fuerza. - 2 Corintios 12:10
Victoria y derrota son dos conceptos que aparecen en nuestro día a día. Pero son dos conceptos que no son fáciles de comprender. No siempre lo que parece ser una victoria realmente lo es, ni tampoco lo que parece ser una derrota, realmente lo es.
El ladrón que roba un banco y consigue huir, parecería ser victorioso en su fechoría. Pero, ¿lo fue realmente? ¿Conseguirá escapar el día del juicio delante de Dios? El esposo o la esposa que traiciona a su cónyuge sin ser descubierto, ¿es victorioso?
En contraste con esto tenemos a Jesús quien murió, pero la victoria estaba con él. Cuando Dios está con nosotros, las derrotas que sufrimos en esta vida no son nada porque él transforma todas nuestras derrotas en victorias.
ORACIÓN: Padre celestial, ayúdame para que mis acciones sean siempre de tu aprobación. Así no necesitaré temer nada en este mundo pues, con tu ayuda y protección, estoy seguro. No permitas que me deje seducir por victorias falsas. Amén.
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