En momentos difíciles, me dirijo al evangelio de Mateo, a las palabras alentadoras que Jesús compartió con sus discípulos: “Para Dios todo es posible”. Hay una sola Presencia y un solo Poder en el universo: Dios, Omnipotencia. Jesús les habló a sus discípulos acerca del reino de los cielos —no un sitio geográfico, sino un estado de conciencia.
Entro a la conciencia del reino de los cielos cuando aquieto mi mente y dejo ir cualquier apego a las apariencias. Me concentro en el Espíritu divino. Le niego permanencia a las situaciones y poder a las condiciones. Practico la presencia de Dios. Siento y expreso tranquilidad. Con seguridad y fe inquebrantables, sé que la paz en el mundo comienza conmigo.