Puede que cometa errores de juicio. En cualquier momento en el que me encuentre en esa situación, oro para que los demás encuentren en sus corazones el perdonarme. También extiendo esa cortesía. Perdono los errores de los demás. Me comprometo a estar libre de resentimiento y a perdonar a quien creo que me ha hecho daño.
Dios mora en mí y es mi fuente, por ello yo soy compasivo y comprensivo. Veo las situaciones desde una perspectiva más alta. Dejo ir los pensamientos negativos, reemplazándolos con positivos que sanan y renuevan. ¡Qué gozo me brinda dejar ir los resentimientos y fomentar nuevas relaciones personales gracias al perdón.
“Si mi hermano peca contra mí, ¿Cuántas veces debo perdonarlo? ¿Hasta siete veces?” Jesús le dijo: “No te digo que hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete”.—Mateo 18:21-22