Esa mañana cuando terminé la gimnasia en la playa me aparté como siempre, para tomar un poco de s ol antes de irme para mi casa.
Me fui despidiendo de los profesores y de las compañeras, una a una mientras recogía mis cosas. Algunas se quedaban tomando mate a la sombra de la toldería que se arma, al costado de la caseta de guardavidas. Otras se pegan un bañito antes de irse y la gran mayoria junta sus cosas (bolso, botellas de agua, reposeras, toallas,etc) y se van retirando de la playa.
Yo acostumbro apartarme, mate no tomo en la playa y además aprovechan a comer algo, cosa que evito.
Entonces me voy con mi reposera a sentarme a leer, e intentar terminar mi libro playero "Divorcio en Buda"
Se trata de un juez que tiene por delante un juicio de divorcio de un amigo suyo en Budapest... nunca lo termino...
Me puse la reposera al hombro y enfilé para la orilla, mojándome los pies, con la delicia de la frescura marina a primeras horas de la mañana.
El sol despuntaba, y habia resabios en la arena de la actividad de los devotos de la Diosa del Mar... era un 2 de febrero... por eso lo recuerdo bien...
Apareciste de pronto cruzándote frente a mi, con una precisión estudiada....
Mirada al frente, al horizonte, como si no te importara quien se cruzaba en tu camino...
Quedé impactada... no lo podía creer...
Te vi pasar delante mio y entrar al mar como si fuera algo cotidiano.
Me indigné. Me molestó mucho.
Ese es "Mi habitat" - "Mi territorio" . "Mi Lugar en el Mundo"..... "Mi Paisaje"...
Irrumpiste en mis dominios, en el lugar que me vio crecer, que supo de mi niñez y mi adolescencia... al que llegué con mis hijos...
Yo nunca fui a molestarte, nunca te invadí... entonces?
Fue como un golpe bajo...
Quedé enojada, fastidiada, no me gustó....
En un gesto totalmente altanero me estabas enviando un mensaje: "aqui estoy, en tus dominios, y sos tan fragil que no podes impedirlo"...
Segui caminando, molesta... pensando... "que fuerza imperiosa te hace venir hasta aqui, un dia como hoy, en este lugar, el mas humilde de toda la cosa uruguaya, vos, vos y tu alcurnia, vos y tu grandilocuencia, vos saltando las velas y las ofrendas a la Yemanjá, y no te importó nada.....
Me ubiqué en la arena, en el lugar de siempre, mientras no dejaba de observarte mientras te sumergías en el mar.
Una fuerza imperiosa me hizo seguirte, adentrarme al mar y tratar de alcanzarte.
Nadabas cada vez mas rápido, hacia lo profundo, como si trataras de huir de mi, y cada ola te cubría y te dejaba a la vista para yo seguir tus brazadas.
El agua fresca en la piel y en la cabeza era un bálsamo, y cada zambullida tuya era seguida por la zambullida mia...
En mi cabeza resonaba la canción del baile con los delfines.... Eras un delfín en el agua...
Cuando casi te alcanzo... ya estabas muy lejos....
Te alejaste tanto.. tanto.... que senti miedo... por vos.. y por mi..
Porque yo conozco esa zona, es mi territorio... vos no la conoces... y yo tuve miedo por vos..
Si yo seguia avanzando, vos seguias mar adentro y eso podría ser fatal. Entonces me detuve.. comencé a retirarme poco a poco, disimuladamente...
Vos tambien te detuviste, no avanzaste mas, y comenzaste a retroceder, lo que me tranquilizó.
Disimuladamente miré hacia un costado y te vi venir detrás mio.
Me detuve en la orilla para retorcerme el pelo y te vi pasar a mi lado, el agua corria en gotas por tu piel y sacudiste la cabeza.....
De pronto te diste media vuelta para mirarme y yo, petrificada en la orilla, sacudiendo el agua de mis oidos, te miré de costado.... me quedó grabada la imagen...
Levantaste las ojotas y te perdiste entre los médanos de arena...
Y yo me quedé alli...... sola ..... intentando terminar mi libro, el que vos me recomendaste...